La remota ecuación para alcanzar la tercera plaza se enfrenta el domingo a múltiples operaciones matemáticas que ofrecen un resultado muy negativo para los intereses nervionenses, registros que no invitan a soñar con la proeza de imponerse a un
Real Madrid con la Liga en juego, si bien, obviamente, no dejan de ser estadísticas tan sensibles de romper como otras cualquiera. En este sentido, el
Sevilla se presentará en el Santiago Bernabéu con un historial de antecedentes desesperanzadores tanto en cuanto no se impone en
Chamartín desde diciembre de 2008, cuando venció por 3-4 a los madridistas en un partido vibrante con Manolo Jiménez en el banquillo.
Desde entonces no ha vuelto a conocer el triunfo y encadena siete derrotas consecutivas, por lo que sorprender a los de
Zidane supondría fulminar una pésima racha en sus desplazamientos al feudo capitalino. A estos datos hay que sumarle que el Real Madrid ha sido el principal verdugo sevillista en esta temporada, pues le arrebató la Supercopa de Europa en la prórroga y lo apeó de la
Copa del Rey, mas, en este mismo curso, los nervionenses tienen un espejo donde mirarse, ya que en la primera vuelta cortaron en el
Sánchez Pizjuán la racha histórica de los blancos de 40 partidos sin perder de manera consecutiva en todas las competiciones.
Aquel 2-1 debe servir de impulso para plantar cara a los merengues, para lo que es vital no cometer los errores atrás que acostumbra. Y es que el
Real Madrid no perdona ni un sola concesión, como demuestra que lleva 47 jornadas ligueras viendo portería, su mejor dinámica en el torneo doméstico.