El futuro de
Steven Nzonzi, quien llegó en la tarde-noche del martes a Sevilla y hoy a las 9:00 horas estaba citado para pasar el reconocimiento médico e incorporarse a la disciplina de
Pablo Machín, es una de las grandes incógnitas en clave sevillista de este cierre del mercado.
El flamante campeón del mundo, que deberá reunirse con
Joaquín Caparrós para comunicarle su deseo de salir y que espera noticias de
Arsenal,
Everton y
Roma, entre otros, se encuentra ya a disposición del equipo blanquirrojo, que espera la llegada de un comprador que alcance los
40 millones de euros (cinco de ellos son para su padre) que marca su cláusula de rescisión.
Un acontecimiento que, por ahora, no se ha producido y que, según aseguran a este diario fuentes próximas a la negociación, está cada vez más lejos de concretarse. No quiere decir ello, sin embargo, que
Steven Nzonzi no acabe saliendo, como es su intención y, en parte, también la del club. Pero el discurrir de los acontecimientos, aseguran, invita a pensar cada vez más en que su traspaso se acabará cerrando por una cantidad bastante inferior de lo deseado y que irá al alza en base a bonus. Y es que la estrategia tomada en las oficinas del
Sánchez-Pizjuán no ha tenido el efecto esperado.
Según las citadas fuentes, los rectores blanquirrojos han rechazado en los últimos días una oferta de
30 millones de euros de un equipo inglés (que no ha salido a la luz) por
Nzonzi; opción que se ha esfumado debido a las comisiones que acarreaba dicha operación y el hecho de que el
Sevilla no abone comisiones a terceros.
Unas dificultades que han llevado a
Caparrós y a la planta noble sevillista a pedirle a
Monchi el favor de que se haga público el interés (real) de la
Roma por el campeón del Mundo en Rusia 2018; una estrategia que, sin embargo, no ha resultado tan efectiva como se esperaba.
En lugar de encarecer el producto, el interés de la
Roma y los 23 millones de euros más bonus que ofrecía el conjunto italiano no han hecho más que devaluarlo, asimilándose a ella el resto de ofertas de los clubes interesados. Es decir, que el tiro ha acabado saliendo por la culata.
Mientras tanto,
Machín se agarra a la postura del club: "Quien se quiera ir tendrá que abonar la cláusula o traer una oferta que satisfaga al club. Nzonzi es jugador del Sevilla; estoy deseoso de poderlo alinear".