El Análisis

Hiperactividad en la pizarra

Aitor TorviscoAitor Torvisco
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Hiperactividad en la pizarra
Petros y Aythami pugnan por un balón aéreo. - Aitor Torvisco
El Betis volvió a sacar petróleo de una nueva lección de pragmatismo y eficacia. Volvió a conseguir mucho con poco (al menos hasta el descanso) gracias a la hiperactividad en la pizarra de Merino, que con la tranquilidad de ver que no pasaba apuros atrás, viró cuantas veces fue necesario hasta encontrar su premio.

De inicio arriesgó con Petros, que arrastraba molestias, y Dani Ceballos, que además de tocado estaba apercibido de sanción de cara al derbi. No lo hizo con Musonda, al que recurriría luego. El belga se permutó con Kadir. El argelino y Varela, titular en el lateral zurdo ante las ausencias de Vargas y Montoya, fueron las otras novedades de la alineación. También repitió como titular Joaquín, que volvió a jugar por dentro y a protagonizar la mayoría de las acciones de peligro de su equipo. Muchas, asociándose con Ceballos, que partía de la izquierda para internarse y reeditar esa conexión que ya lideró al Betis en Vigo.

El juego era muy lento, con un claro dominio amarillo de la posesión, pero con poca profundidad. No sufrió el Betis atrás. Las Palmas se quedó con 10 por la expulsión de Aythami y tuvo que renunciar a un atacante para recomponer su zaga, pero el guion no varió y el balón siguió siendo suyo. Para cambiar eso, Merino buscó verticalidad con Musonda, con total libertad, y Cejudo, con toda la derecha para él. La izquierda fue ahora para Joaquín, con N’Diaye incrustado entre Pezzella y Bruno, muy abiertos, y Petros de pivote. Así ganó metros y posesión, pero creó poco peligro. Eso lo solucionó un efectivo Van Wolfswinkel.
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