Le pasó primero con Sampaoli. Empezó como teórico suplente la 16/17, pero Sarabia le salió respondón, jugó en los cuatro puestos de banda, de interior y de mediapunta, además de marcar 11 goles y dar 13 asistencias.
Pese a su gran temporada, con Berizzo le volvió a pasar lo mismo, partió desde el banquillo y tuvo que volver a justificar que merecía ser titular, algo que consiguió dejarle claro al 'Toto' poco antes de su despido... y de la llegada de un Montella que obligó a Sarabia a tener que volver a empezar de cero por tercera vez en sólo año y medio como sevillista.
Al técnico italiano no ha tardado ni un mes en convencerle. Marca, asiste, trabaja como una bestia con el ceño fruncido (señal de ambición y concentración), cubre espacios, ayuda en la elaboración y asiste a su lateral. A ver quién se atreve a quitarle otra vez la camiseta de titular a un jugador que la agarra con uñas y dientes, que no escatima ni una gota de sudor y que siempre es determinante: ante el Atlético, asistió a Escudero en el 1-0 a los 22 segundos y puso la puntilla con el definitivo 3-1.
Aitor Torvisco
