Para Julio
Velázquez, el principal problema del equipo radica en la poca consistencia del centro del campo, provocada por la
tardía llegada de N´Diaye y las diferentes lesiones por las que han pasado tanto
Lolo Reyes como ahora
Xavi Torres. Según el técnico, que ellos no hayan estado al cien por cien ha provocado que el equipo no alcanzara el nivel de fluidez esperado por todos.
Sea ésta la explicación o no al mal juego del equipo, lo cierto es que a los problemas en el eje del campo se le une una
alarmante pérdida del potencial ofensivo, virtud por la que había destacado en el arranque de la temporada el conjunto de las trece barras.
Pero esa cualidad se ha circunscrito casi en exclusiva a los goles de Rubén
Castro, quien, con siete de los once goles anotados hasta la fecha, ha sostenido a los suyos.
La aportación a este apartado tanto del resto de delanteros (Molina, Rennella y Chuli) como de los hombres de la segunda línea es casi nula. De hecho, su participación se limita a los
goles conseguidos por Matilla y Cejudo en la primera jornada de Liga, ante el Sabadell y el tanto anotado por Jorge
Molina en la derrota ante la Ponferradina (4-1). Completa la lista de ´goleadores verdiblancos´ de la temporada en Liga Florian
Lejeune, el central del Girona que anotó el momentáneo 1-2 en Montilivi en propia puerta.
De estos datos se infiere, pues, que el Betis tiene un problema, que se agrava si tenemos en cuenta las
pocas ocasiones que ha generado en los dos últimos encuentros.
Más defensivoEstas dos últimas apariciones (Valladolid y Las Palmas) son una aplicación práctica de la famosa teoría de la manta corta. El Betis ha sacrificado buena parte de sus virtudes en ataque para fr
enar la sangría de goles de los primeros encuentros (hasta nueve en seis jornadas).
Hombres como Cejudo, Kadir, Pacheco e incluso Matilla -amén de los delanteros-, llamados a colaborar activamente en este aspecto,
han perdido su vocación ofensiva castigados por un sistema en el que prima la solidez defensiva.
Sea como fuere, cuanto antes recuperen su olfato, mejor para el equipo. Rubén solo no puede mantener al equipo.