El partido contra el
Getafe debería suponer un giro tras el mes fatídico de diciembre que ha dejado tocado a un equipo en el que las declaraciones de su entrenador, el 0-4 ante el
Eibar y el duro resultado en el derbi copero no han hecho más que crispar un ambiente de un recién ascendido que, con posibilidad de acabar una primera vuelta con 23 puntos, está a la altura de sus posibilidades, ya que, siendo realistas, lo normal es que el
Sevilla te gane una eliminatoria a doble partido. Lo que no es normal es que un entrenador inicie un incendio en el momento en el que el equipo más lo necesita. Ahora, por eso, es momento de que
Mel haga ver a sus futbolistas lo que todos (él incluido) se están jugando y que se vea a ese Betis que tanto se ha visto fuera de casa esta temporada. Todo parece malo en un equipo que ha sacado 16 puntos lejos del
Villamarín, pero... ¡Cuidado, que eso son puntos eh!
En cuanto a su rival, el
Getafe es un equipo que tras un mal inicio de temporada parece haber encontrado más regularidad en sus resultados. Realiza un juego combinativo a través de la posesión de balón prácticamente en todas las zonas del terreno de juego que, dado a que no lo hace con un ritmo alto, se hace previsible y dependiente en gran medida de las acciones esporádicas tanto de
Sarabia como de
Vázquez en ataque para desequilibrar las defensas rivales. La línea de creación y la de finalización se distancian mucho, lo que hace que el equipo se parta provocando un espacio en dicha zona que permite a los equipos rivales tener habitualmente bastante posesión.
A nivel defensivo, el Getafe necesita las ayudas tanto de
Lacen como de Rodríguez para evitar las situaciones de 1x1 de los jugadores rivales, puesto que sus defensas no son muy rápidos y sufren con pases interiores a las espaldas, tanto de centrales como laterales. El carril izquierdo quizá sea el más vulnerable, por lo que
Joaquín podría hacer daño buscándolo constantemente.
El Betis tendrá que vigilar a sus jugadores importantes arriba para posteriormente realizar una rápida transición ofensiva, puesto que si al ´Geta´ le da tiempo a colocarse es un buen equipo una vez que se posiciona; a partir de ahí, empieza a jugar. El
Coliseum es un campo propicio para la vuelta a la victoria y que esa crispación que existe en el Betis no haga que el barco se hunda.