Está siendo una semana pródiga en filtraciones que favorecen los intereses béticos en la pugna por hacerse con los servicios de
Charly Musonda Jr., posiblemente el único por el que se acepte un préstamo sin opción de compra de todo el ramillete que barajan Miguel
Torrecilla y sus colaboradores.
Y es que, después de que el veterano ojeador del Chelsea
Piet de Visser diera por hecho la repetición de la fórmula en Sevilla, ayer fueron varios medios belgas los que alimentaban esta teoría. Por ejemplo, 'La dernière heure' informó de que el propio atacante había descartado las aventuras en el
Borussia Dortmund y la
Roma (que lo pidió para abaratar el traspaso a los 'blues' de su compatriota
Nainggolan) para apostar sobre seguro en Heliópolis, donde ya conoce el idioma, la ciudad y a muchos compañeros. Además, el periodista Kristof Terreur, especializado en el seguimiento de la
Premier League, certificaba que la elección de
Musonda era ésa, añadiendo que el acuerdo entre los clubes era inminente.
En cualquier caso, desde la Avenida de la Palmera llevan días apagando la euforia en este asunto. De un lado porque, tras la visita a Londres la semana pasada del propio presidente bético,
Ángel Haro, para negociar directamente con el
Chelsea, se han producido nuevos contactos, el último este martes, sin que se produzca una confirmación oficial para repetir durante la 2016/2017 la cesión que ya fue una realidad en la segunda vuelta de la 2015/2016.
Pues la idea verdiblanca no es la de limitar las gestiones a
Charly, sino lograr un pacto más amplio con los londinenses para establecer en Sevilla una sede habitual para que los jóvenes valores que no tienen cabida en
Stamford Bridge puedan foguearse, consiguiendo el Betis tanto el rendimiento de futbolistas muy prometedores a bajo coste como -y ahí radicaba el punto de desencuentro, según parece- embolsándose un porcentaje de sus futuras ventas.
Sea como fuere, no se atisban mayores problemas para que, en el peor de los casos, la entente con el
Chelsea se quede únicamente en
Musonda. En el Villamarín, eso sí, estaban a la espera de que el propio extremo y mediapunta se pronunciase, no sólo su club. Todo por un malentendido en el plano económico a la hora de finiquitar con el belga que, más por el detalle que por la cuantía, molestó bastante a su padre. Aunque el protagonista fue un alto ejecutivo bético en concreto, sus superiores trataron de limar asperezas enseguida. Con éxito, visto lo visto.