Planificación

El Betis tiene margen de maniobra con el pago diferido

El Betis tiene margen de maniobra con el pago diferido
Tres de los fichajes: Durmisi (segundo por la izquierda, junto a Portillo), Felipe Gutiérrez y Sanabria, en el banquillo ante El Palo. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 7 min lectura
Es lo que toca en economía de guerra, aunque, por fortuna, el cinturón aprieta menos este verano para el Betis. El aumento del presupuesto hasta más allá de los 65 millones de euros, en gran parte por la subida de ingresos televisivos y por otros conceptos, ha incrementado también el techo de gasto, que osciló el curso pasado entre los 35 y los 39 kilos, mientras que las previsiones de los dirigentes verdiblancos para la 16/17, a falta de la ratificación definitiva de la Liga de Fútbol Profesional, situaba el tope en no menos de 50, con opciones ciertas de que esa cuantía subiese varios cientos de miles de euros.

Incluso, la venta de N'Diaye, si bien no irá en su totalidad al mismo saco -al tratarse de una plusvalía, quedó estipulado en el convenio de acreedores que un 40% debía destinarse a reducir la deuda aplazada-, sí supone un bonus en el apartado de inversiones, tanto por la eliminación de una de las fichas más altas de la plantilla como por la aportación extra de una cantidad que se destinaría a contratar, entre otros, al que será su sustituto con la camiseta de las trece barras.

No obstante, el Betis está siendo uno de los equipos más activos de este arranque de mercado estival, con siete incorporaciones confirmadas ya, al tiempo que restan otras cuatro o cinco, dependiendo de la polivalencia de los elegidos finalmente. Esta celeridad y el hecho de haber contratado en la práctica totalidad de las ocasiones a las primeras opciones en cada demarcación implican un gasto importante, clave también para convencer a futbolistas y clubes de la pertinencia de no esperar propuestas mejores con el paso de las jornadas.

Hasta la fecha, según los datos que han trascendido, en Heliópolis habrían destinado 18,5 millones de euros en los refuerzos, a los que habrá que añadir lo necesario para completar la revolución del plantel, así como lo concerniente a sueldos, comisiones y demás. Aunque, al menos, Miguel Torrecilla y el consejo de administración presidido por Ángel Haro habrían optado por implementar fórmulas de ahorro coyuntural como el aplazamiento de los pagos, así como otras imaginativas que permiten no tener que desembolsar en este momento todo lo acordado.

Así, por ejemplo, ha ocurrido con Tonny Sanabria, cuyo traspaso ha sido valorado en 7,5 millones de euros por el 50% de los derechos económicos, si bien, como desvelaba el periodista sevillano Pepe Elías, el pacto suscrito entre hispalenses y transalpinos consta de cuatro abonos anuales de 1 millón de euros, 1,75, dos y 2,75. Como ya se avanzó en ESTADIO, la Roma se guarda una opción de recompra durante los tres primeros años (por 11, 11 y 14,5 millones, respectivamente), mientras que el Betis puede adquirir durante los cinco años que ha firmado el paraguayo la otra mitad de su pase.

El del ex sportinguista es un ejemplo de pago diferido que, aunque condicionará la planificación de futuras campañas, libera la de la presente y, por ende, aumenta el margen de maniobra a la hora de completar la ingente remodelación en la que se encuentra inmerso el equipo. Algunos censurarán la herencia que se deja para posteriores ejercicios, si bien no deja de ser una práctica común en la Avenida de La Palmera. Por ejemplo, unos cinco millones de euros se debían destinar este verano a cuestiones resueltas en la 15/16, como por ejemplo las renovaciones (con sus correspondientes subidas de sueldo) de Adán, Bruno y Dani Ceballos, así como otros pagos pendientes a Joaquín, Vargas o N'Diaye, por citar algunos.

Para posponer los desembolsos, el Betis también ha obrado un préstamo con incentivos e intentado otros (con Willian José). Logró convencer así al Villarreal por Nahuel, que desembarca prácticamente a coste cero (con unos emolumentos más que asumibles para la economía heliopolitana) en una cesión por dos temporadas que incluye una obligación de compra en cuanto el extremo dispute 25 partidos (de más de 45 minutos cada uno) por 2,5 (el primer año) y 3,5 kilos, mientras que los castellonenses pueden recomprar al hispano-argentino por cinco y siete millones, según cuándo lo ejecute. Tampoco se ha pagado estrictamente hablando al Chelsea por Musonda, si bien lo cierto es que el contrato de préstamo incluye unas exigencias en materia de participación para justificar el ahorro.

En cambio, determinadas tesituras de mercado obligan a pagos rápidos e íntegros para abaratar operaciones y/o encauzarlas. De esta manera convencieron los dirigentes verdiblancos a los del Brondby para que soltara a Durmisi por dos millones, lo mismo que ocurrió con el Stade de Reims y Mandi. No se filtraron las condiciones que presidieron los tratos por Jonas Martin con el Montpellier (2,5 millones fijos y 500.000 euros en variables, que, lógicamente, no se abonarán por el momento) y de Felipe Gutiérrez con Twente, Universidad de Chile y el fondo de inversión afincado en Chipre que poseía parte de sus derechos económicos, aunque no sería desdeñable que existiesen otras fórmulas de aplazamiento que, como las ya referidas, oxigenan el margen de acción de Miguel Torrecilla para completar una revolución de la cual ya ha traspasado el ecuador, a falta de algo más de un mes para que arranque la Liga.
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