El
Betis ha ganado pocos partidos hasta la fecha (cinco en total, cuatro en
LaLiga y uno en la
Copa del Rey), aunque todos ellos con un mismo patrón: siempre se adelantó en el marcador. Y no es una perogrullada, porque, aunque parezcan difíciles, las remontadas están a la orden del día, pues, en cualquier caso, las alternativas en el marcador son una tónica en el mundo del fútbol. Por ejemplo, los verdiblancos se llevaron un punto en casa frente al Granada pese a comenzar perdiendo por 0-2.
No obstante, que los heliopolitanos golpeen primero ha sido hasta la fecha sinónimo de éxito. Nadie ha conseguido toserle cuando eso ocurrió, privilegio del que no puede presumir ningún otro equipo de
Primera división. El resto, al menos, cedió algún punto pese a ponerse 1-0 o 0-1 en el marcador, mientras que adelantarse supuso para el Betis una antesala de la celebración que llegaría después.
Así aconteció en
Valencia en la jornada 3, cuando el tanto de
Rubén Castro al filo del descanso era secundado por otro de
Joaquín nada más volver de vestuarios, de tal forma que ni la reacción posterior del cuadro che, con
Garay y
Rodrigo como goleadores, impidió un triunfo visitante labrado de nuevo por el grancanario.
En la 6, un solitario tanto del portuense servía para derrotar al
Málaga en el
Villamarín, desenlace idéntico al del único duelo copero hasta la fecha, celebrado el pasado martes ante el Deportivo, con Sanabria como ejecutor. En Pamplona (j. 9),
Joaquín volvió a abrir el marcador, mientras que
Felipe Gutiérrez, sobre la bocina, hizo inútil la diana de
Roberto Torres, mientras que
Bruno y
Mandi se encargaron de ajusticiar a Las Palmas en el debut de
Víctor Sánchez del Amo en el banquillo de un Betis que dejó de nuevo su puerta a cero ante los insulares.