Este
Betis enamora a propios y extraños. El equipo verdiblanco, quinto clasificado de
LaLiga y a punto de certificar su billete para jugar en
Europa gracias a la mejor racha de resultados de toda su historia, se ha convertido en una de las sorpresas más agradables de la presente temporada en
LaLiga y en uno de los conjuntos más atractivos a los ojos de los aficionados al fútbol.
Que todo lo que mueve esta plantilla resulta adictivo lo revelan las masivas audiencias televisivas, interacciones en las redes sociales y desplazamientos a domicilio; pero, sobre todo, lo que demuestra el espectacular tirón que tiene este equipo es un revelador dato: que el
Benito Villamarín es el cuarto estadio con más asistencia media de
España con 45.893 espectadores, sólo por detrás del
Camp Nou (68.891, el que más público pierde), el
Santiago Bernabéu (67.489) y el recién estrenado
Wanda Metropolitano (55.438). El feudo heliopolitano supera, entre muchos otros, al populoso
Mestalla (38.696) de un
Valencia de
Champions y al nuevo
San Mamés (37.923), que sí presentaban un mejor promedio de espectadores en la 2016/2017.
El coliseo de
La Palmera, que el lunes ante el
Málaga volverá a registrar otra gran entrada, acoge casi 12.500 asistentes más de media por partido que la pasada temporada, cuando era el sexto estadio de
Primera con 33.534.
Es el estadio que más crece de
Primera con respecto al curso pasado, algo que sólo hace con claridad
Mestalla. Otra gran subida es la del
Atlético, pero tras cambiar el
Vicente Calderón por el nuevo
Wanda Metropolitano.
De los 17 clubes que repiten, seis se mantienen y otros ocho han reducido visiblemente su tirón.
La 15/16 en el
Villamarín se cerró con un registro medio de 38.070 (el quinto mejor del país); en la 13/14, la paupérrima campaña de un descenso que fue matemático en abril, se quedó en 30.900 (siendo séptimo). Entre medias, en la 14/15 promedió 30.662 aficionados, cifra con la que fue el séptimo coliseo español pese a militar en
Segunda.
En la campaña más comparable a la actual, que sería la 12/13 por ser la de la última clasificación para jugar en
Europa, acudieron al
Benito Villamarín una media de 35.780 béticos (sexto), más de 10.000 menos que este año, lo que refleja bien hasta qué punto resulta adictivo el equipo que dirige
Quique Setién.
El récord de esta temporada son los 53.846 espectadores ante el
Real Madrid del pasado 18 de febrero. Además, ha sobrepasado la barrera de las 50.000 'balas de cañón' otras tres veces -ante
Barcelona (53.426),
Villarreal (50.102) y (
Eibar (50.194)-, y únicamente ha tenido un público por debajo de los 40.000 en la desapacible noche del 17 de marzo, cuando 31.230 valientes aguantaron un diluvio para ver la victoria ante el
Espanyol.
Al bético le sobran alicientes
Heliópolis podría celebrar el lunes la clasificación matemática para la
Europa League. El
Betis saltará al césped conociendo el resultado del
Getafe-Girona del domingo y, si los madrileños no logran sumar los tres puntos y los de
Setién vencen a los costasoleños, ya será todo un hecho el regreso del 'EuroBetis'.
En cualquier caso, pase lo que pase en el
Coliseum, un triunfo ante el colista aseguraría tener un colchón mínimo de ocho puntos más el 'goal-average' (se lo gana a azulones y catalanes y de momento también al Sevilla) a falta de nueve por jugar. Es decir, estaría virtualmente clasificado. El ambiente festivo, por lo tanto, está garantizado.
Sin duda un motivo extra para acudir el lunes al
Villamarín. Pero hay muchos más alicientes que explican la adicción a este
Betis: un mejor juego, ya que es el tercer equipo con más posesión (57,1%, sólo tras
Madrid, 60,6%, y
Barça, 64%); más espectáculo, ya que es cuarto equipo más realizador de la
Liga, con 54 tantos y el que más reparte su caudal: 17 goleadores distintos; y mejores resultados, pues tras encadenar seis victorias seguidas por primera vez en 60 años, elevó a siete los partidos sin perder y alcanzó la mejor racha de imbatibilidad de su historia: seis jornadas consecutivas sin encajar.