Betis 2-0 Rayo Vallecano: Ganar por castigo sí que es brillante

Betis 2-0 Rayo Vallecano: Ganar por castigo sí que es brillante
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura
Este Betis intermitente, que no brilla, que concede atrás y que no aplasta con la posesión a sus oponentes, sino que exprime todos sus recursos (bendito balón parado), se está convirtiendo en una auténtica máquina de ganar partidos y de dejar su puerta a cero. Ya van cuatro oficiales seguidos al zurrón, todos en el otrora esquivo Villamarín, rendido a una evidencia que, en la 17/18 se tradujo en el retorno a Europa por la puerta grande. De momento, este Betis a contraestilo se queda a las puertas de la zona noble. No será un gustazo verlo, pero su afición, con permiso de Setién, se frota las manos.

De inicio, el cántabro apostó por la fórmula de la doble punta, que le suele funcionar en Europa, juntando al (cada vez más sobrado) Carvalho con el recuperado Canales y Lo Celso por dentro para ganar salida y cambio de ritmo sin perder contención. Con todo, los vallecanos decidieron reducir los espacios adelantando su defensa, pertrechando la parcela ancha y sacrificando la referencia arriba para buscar las contras rápidas con dos balas como Embarba y Álvaro García. Le salió bien la jugada a Míchel, pues su anfitrión no parecía cómodo. El ex cadista puso en serios aprietos a Sidnei y Mandi, que sufrían a la espalda, aunque la zaga verdiblanca corrigió y, cuando no pudo, emergió de nuevo la figura de Pau López, crucial en el ecuador de esta fase en un centro-chut de Álex Moreno y en el posterior zurdazo abajo del extremo utrerano. Este doble susto hizo despertar al Betis, que aumentó la intensidad y, sobre todo, la precisión en velocidad, mereciendo un tanto antes del intermedio.

Loren y Sanabria no andaban finos en la decisión final, si bien la tuvo por dos veces Sidnei (alto de cabeza a bocajarro, tras falta colgada por Canales, y cortado por Advíncula, después de su pared con Lo Celso). En el 43, Barragán se apoyó en el '6' para percutir hasta la línea de fondo, Gio la movió a la izquierda y Junior la servía al corazón de una melé impenetrable desde el perfil opuesto. Sobre la bocina, Sanabria no puede remachar a pase del hispano-dominicano en boca de gol, propiciando un córner que mandó arriba Carvalho en su testarazo a quemarropa.

Tocaba reincidir en este asedio en la reanudación, aunque el arranque recordó al del primer tiempo, con el Rayo encomendado a la presión alta, pero errando a la postre. Anduvo cerca Embarba, aunque mandó ligeramente desviado su zurdazo, tras recortar a Sidnei, y vio cómo Pau mandaba a córner el rebote en el pie de Junior de un derechazo envenenado. Más clara aún fue la de Loren, aprovechando un error grosero de Gálvez en el pase, si bien el marbellí telegrafió su remate a las manos de Dimitrievski. Aún no se sacudía el empuje de los madrileños el conjunto de Setién, que tiraron de paciencia y librillo para encontrar espacios en la telaraña. Casi lo consigue Lo Celso, de nuevo a balón parado y (¡oh, milagro!) con el VAR favoreciendo los intereses heliopolitanos: Loren llega antes que Amat que lo patea a la vez que el balón. Se lo tomó en serio Martínez Munuera, hasta el punto de desplazarse él mismo para ver las repeticiones, aunque señaló el punto de penalti (otro milagro). No sin suspense, el 'pichichi' bético la mandaba a la red.

El 1-0 debía ser balsámico. Lo terminó siendo por insistencia y por los riesgos y el cansancio asumidos por los franjirrojos. Sanabria, en una acción personal, acarició la sentencia con un zurdazo ajustadísimo, aunque Pau voló para despejar a córner un cabezazo picado de De Tomás. Sidnei solventaría enseguida cualquier duda con una brillante acción personal en la que se coló con tranquilidad hasta la cocina, rompiendo a Gálvez con un regate seco y fusilando a Dimitrievski, mal a contrapié. Y el Betis apagó las luces, como contra la Real, para que nada reseñable pasara, otra virtud recuperada que estuvo a punto de rubricar Joaquín.
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