El Barça suele ser más reconocible en el torneo de la regularidad, donde, entre bajas obligadas por lesión y un simple reparto de cargas de trabajo, el ‘Txingurri’ viene alineando casi siempre un once cercano al de gala. Las dudas, como de costumbre, están en el ocupante del carril derecho y en el tercer elemento de la medular, dentro del 1-4-3-3 habitual (el 1-4-4-2 no ha sido tan utilizado esta campaña). Ni siquiera el choque de Champions del miércoles ante el Olympique Lionnais induce a pensar en que haya muchas variaciones, pues se avecina un parón de selecciones y muchos podrán descansar próximamente, si bien es cierto que los ‘pesos pesados’ tendrán que afrontar viajes y encuentros representando a sus respectivos países.
Visitan los azulgranas, precisamente, al único equipo que ha sido capaz de ganar en la 18/19 en el Camp Nou -las otras tres, dos de ellas en Copa del Rey, fueron a domicilio-, sometiendo, además, a los de Valverde a su estilo, por lo que seguramente flote en el ambiente un cierto aire de revancha. Una motivación extra para quienes sería comprensible que bajaran un poco el pistón, si bien es cierto que, sin brillar y con velocidad de crucero, al gigante culé le ha servido para firmar cuatro victorias consecutivas. La meta, mantener el colchón de 7 puntos, una vez finiquitado el título y asegurada la final copera en una semana mágica.