La eliminación en Europa y en la Copa del Rey reduce drásticamente las rotaciones en la plantilla verdiblanca y
el once de Setién se ha convertido en muy reconocible a partir de un armazón en el que introduce variantes circunstanciales.
De ese modo,
en los dos últimos encuentros, ante Celta y Barcelona, el cántabro alineó dos
equipos muy similares, con modificaciones puntuales provocadas por las ausencias, señal de que cuenta con un
patrón muy definido en el que Mandi, Bartra y Sidnei forman el eje de centrales, mientras que los carriles corresponden a Joaquín y Tello, una vez que Francis se lesionó contra el Celta y el catalán fue clave en el triunfo. El doble pivote lo forman Guardado y Carvalho, con Canales y Lo Celso por delante y Jesé en punta.
El problema radica en que contra el Rayo
Setién no dispone del mediocentro mexicano, lo que le forzará a retocar el equipo, existiendo varias opciones, unas más invasivas que otras. La más probable no requiere mucha cirugía, pues supondría
retrasar a Canales para que juegue junto a Carvalho e introducir un mediapunta, ya sea Lainez o Joaquín. Si fuera el portuense, tendría que hacer un tercer retoque para copar el carril diestro, con la entrada de Barragán o de Emerson. También podría optar por un
cambio de sistema al utilizar dos delanteros, o en línea arriba o con Jesé por detrás de Loren o Sergio León.
Canales igualmente retrasaría su posición. La única vía que no incluye mover al cántabro es dejarlo todo igual y que la vacante dejada por el sancionado Guardado sea para
Kaptoum o Javi García como compañeros de Carvalho.