La llegada de Nabil Fekir ha supuesto un golpe de efecto en el Betis. El conjunto heliopolitano ha cerrado una operación que ha recibido cientos de elogios y que ha sorprendido pues parecía estar condicionada a la salida de
Giovani Lo Celso, que, de momento, sigue de vacaciones en su país a la espera de incorporarse la próxima semana a los entrenamientos.
Su participación en la Copa América le ha permitido disfrutar de unos días más de asueto, pero a la vuelta del equipo de su gira por México, el rosarino
debería sumarse a los entrenamientos.
No obstante, que se haya concretado la llegada de franco-argelino antes de la salida del argentino no implica que ésta no se vaya a producir. Antes al contrario, en
el Betis confían en cerrar su traspaso, que apunta a ser el más caro de la historia del club.
Todas las miradas apuntan en estos momentos al norte de Londes, donde Mauricio Pochettino ha pedido un esfuerzo a la comisión deportiva del
Tottenham para que cumpla una de sus exigencias.
La última oferta de los 'Spurs' que llegó a los despachos del Villamarín ascendía a unos 50 millones de euros, cantidad en la que
Daniel Levy, presidente de los londinenses parecía haberse plantado. Sin embargo, el Betis acordó con el jugador que por menos de 75 millones de euros no le dejaría salir.
El problema, entre comillas, para los ingleses es que su mercado cierra el próximo 8 de agosto. Es el primero de toda Europa que cierra, por lo que en White Hart Lane trabajan a contrarreloj para cerrar su plantilla, no sólo en cuanto a llegadas, sino también en cuanto a salidas, pues la marcha de
Eriksen, por el que el Madrid se ha vuelto a interesar tras la lesión de Asensio, podría condicionar el resto de operaciones, pues el Tottenham espera recibir una cantidad cercana a los
70 millones por el danés.
Con todo, las
dos próximas semanas serán cruciales para decidir el futuro de Lo Celso en el Betis.