Cómo las tecnologías han cambiado la forma de ver y hacer deporte

Los avances tecnológicos son algo necesario para el desarrollo de la sociedad, y podemos verlo a cada rincón que miramos. No es comparable el mundo en el que vivimos ahora con el de hace medio siglo, ni siquiera con los ‘cercanos’ años 90.

Al igual que todo lo que hemos ido viviendo a lo largo de estos últimos años, la mayoría de elementos conocidos abandonan poco a poco su versión analógica. De las cabinas de teléfonos al smartphone, de los locales con bingo al casino online, o del fútbol de barro y pantalones cortos a la línea del fuera de juego mirada al milímetro en el VAR.
Hoy queremos ver un par de aplicaciones de la tecnología que están cambiando el mundo del fútbol.

Retransmisiones inteligentes de partidos de fútbol

Uno de los avances más importantes de los últimos años, que aún no está implementado en España en su máxima expresión, son las redes 5G. Esta nueva cobertura móvil permitirá mayores velocidades de conexión y un sinfín de posibilidades para los terminales modernos. Pero también para el deporte.

Las rápidas conexiones actuales permiten procesos que antes no eran viables, como el nuevo proyecto que se está llevando a cabo en A Coruña, que empezó en diciembre de 2020. El estadio Abanca – Riazor, feudo del Deportivo, está implementando un sistema de retransmisión inteligente para sus encuentros.

Cuatro antenas con capacidad 5G se disponen sobre el terreno de juego, junto a ocho cámaras repartidas por el lugar y conexión directa con un gestor de archivos en la nube. La aplicación del Big Data hace el resto. Y es que este complejo sistema no solo retransmite por vídeo lo que muestran las cámaras, sino que hace uso de los datos para analizar pormenorizadamente la imagen en cuestión de milésimas de segundo. Así, identifica a los jugadores de campo, a los porteros o dónde se encuentra el balón en ese momento.

Gracias a la inteligencia artificial, no es necesario contar con una unidad móvil ni un equipo de realización. Es el propio sistema el que elige qué se muestra en cada momento, teniendo en cuenta la dinámica del partido, quién lleva la pelota o cuál puede ser su próximo movimiento.

Por supuesto, esto está abierto a su reproducción no solo para televisión, sino para todas las plataformas de streaming y redes sociales que lo permitan. Así, se podría distribuir el fútbol más modesto de una manera que llegase a todo el mundo, sin necesidad de entrar en los grandes grupos de medios.

Espinilleras para medir el rendimiento del jugador

Otro de esos proyectos que se están llevando a cabo en nuestro país es la implantación de unas espinilleras inteligentes. De momento solo un par de clubes lo están probando, de manera confidencial, en jugadores en proceso de formación: secciones juveniles de entre 10 y 16 años.

Estos novedosos dispositivos permiten recoger y analizar algunos de los datos biométricos más importantes para un futbolista. El entrenador recibe en su tablet o teléfono móvil información como el ritmo de un jugador, si puede dar un poco más de sí o está cansado, o incluso si está más cómodo por una zona del campo que por otra.

Las espinilleras se fabrican con fibra de carbono, un material ligero pero resistente que no interfiere en el juego normal de los chicos. En su interior cuenta con diversos sensores, conectados a través de Bluetooth, que envían todos estos datos a la nube de forma automática. Acelerómetro, GPS, giroscopio, medidor de frecuencia cardiaca y temperatura y un micrófono son algunos de los elementos que incluye.

A lo largo de un partido completo, se pueden llegar a recoger más de 50.000 parámetros diferentes de un solo jugador. Qué porcentaje del tiempo sobre el terreno de juego ha estado corriendo, cuántas veces tocó el balón con una pierna o con otra, la velocidad máxima que ha recorrido o el salto más alto que ha dado.

Esta información también se puede utilizar para los ojeadores de las categorías inferiores, que pueden entender mejor el rendimiento de un jugador y cómo puede evolucionar en el futuro. Pero no solo eso, ya que estas espinilleras ya tienen un hueco reservado para el mundo del ciclismo, que veremos más pronto que tarde.

Como puedes ver, el fútbol que se jugaba en tiempos de Pelé o Maradona poco tiene que ver con el que ahora, y mucho menos con el que se jugará dentro de 10 o 15 años. Lo bueno es que los verdaderos aficionados seguiremos disfrutando con los mejores jugadores, y sufriendo cuando nuestro equipo esté en una situación complicada. Porque la pasión no cambia.