Gastronomía

Los trucos de los hoteles para que los buffets salgan rentables

Un influencer experto en comida ha desvelado cómo hacen los establecimientos hoteleros y de restauración para no perder dinero con un buffet libre

Los trucos de los hoteles para que los buffets salgan rentables
Los trucos de los hoteles para que los buffets salgan rentables - Pixabay
José Antonio RiveroJosé Antonio Rivero 3 min lectura

"Un español entra en un buffet y piensa 'yo he pagado 15 euros, pero con dos tostadas no me lleno'... No me voy a ir yo de aquí. 'Aquí reviento yo'", dice en uno de sus monólogos el cómico y actor Santi Rodríguez. La verdad es que no le falta razón, pero como en el caso de los casinos, la banca (en este caso los hoteles o restaurantes) siempre gana.

El creador de contenido Joe Burger, especializado en restauración, ha desvelado las estrategias que siguen los establecimientos hoteleros y de restauración para que los bufés les salgan rentable económicamente hablando, sin importar cuanto alimento se consuma en el mismo.

Algo que no solemos pensar es que en un bufé suele haber poco personal, siendo la falta de mano de obra un ahorra muy importante para el local. "Mientras un camarero puede atender a 25 clientes en un restaurante común, en un buffet libre, un camarero puede llegar a atender a 200 personas en el mismo periodo de tiempo", dice el citado influencer.

La comida está colocada de manera estratégica

Igual que ocurre con los pasillos en los supermercados, el orden de la comida en los buffets no está puesto al azar. Los alimentos más baratos son los que se colocan en lugar preferente, por donde todo el mundo tiene que pasar, llamando así la atención de los clientes. Esto ocurre con el pan, que además de tener un bajo coste sacia mucho, por lo que interesa su consumo.

También está cuidadosamente estudiado los platos que deben ser servidos por un cocinero, en lugar de cogerlos directamente los clientes. Además de controlar así las raciones, esto da cierto prestigio al bufé.

Por si esto fuera poco, los platos que el hotel o el restaurante quieren que se consuman con moderación suelen presentarse en raciones más pequeñas, limitando así la cantidad que los clientes pueden servirse. Luego está el llamado "truco de los tres días", existente en los hoteles, que se basa en estudios que dicen que un huésped se cansa de comer comidas copiosas pasado ese tiempo.

Estas técnicas no sólo se usan en España, si no que se repiten a lo largo y ancho de todo el mundo. Los establecimientos hoteleros y de restauración que sirven buffets saben muy bien lo que hacen y, como todo, es un negocio que debe salirles rentable. Todo está más que estudiado y no se deja nada al azar. Por eso, aunque salga algún que otro cliente que pueda comer y comer sin parar, la 'banca' siempre gana.

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