El seleccionador de Brasil,
Luiz Felipe Scolari, reconoció algo de ansiedad a medida que se va acercando la fecha del debut en el Mundial del día
12 de junio y aseguró que espera que sus jugadores afronten siempre los partidos como "si fuese el último", avisando sobre posibles relajaciones para el amistoso ante Panamá.
"Esta es la hora en la que comienza la confusión, ¡por amor a Dios!", dijo el lunes
Felipão en una entrevista colectiva, en la víspera del amistoso contra
Panamá en Goiânia. "Hay días en los que estoy muy tranquilo, súper cómodo, pero hay días en que las cosas salen mal, uno no puede dormir, no voy a asegurarles que todo sea normal. Depende del entrenamiento", agregó el entrenador.
Además,
'Felipao' advirtió sobre la calidad de Panamá, recordando que tuvo "el 98 por ciento de oportunidades" de clasificarse para la
Copa del Mundo. "Perdió con los
Estados Unidos y fue eliminado con dos goles en el descuento. Vamos a jugar con seriedad y a aprovechar para hacer los ajustes que sean necesarios en el equipo", comentó.
Uno de ellos es el sistema defensivo, que es lo que más quebraderos de cabeza le da al técnico, sobre todo por la lesión de
Paulinho. El técnico probó al centrocampista Hernanes, pero no quedó convencido y optó entonces por Ramires para que juegue junto a
Luiz Gustavo en la protección de la zaga brasileña.
Scolari pidió tensión competitiva a los suyos en este amistoso y en el del próximo viernes ante
Serbia. "Deben meter el pie", advirtió, subrayando que un golpe puede pasar incluso "en un entrenamiento, como fue el caso de
Paulinho". "Tienen que jugar como si fuese siempre el último partido. Así es como quiero que la selección brasileña entre en el campo", demandó.