El Betis visitará en la tarde del jueves, a partir de las 19:30, hora peninsular, el Estadio Gran Canaria para medirse con Las Palmas en un partido de vital importancia para los verdiblancos en su lucha por entrar en competición europea pero también para los locales. No en vano, los de García Pimienta disponen de la posibilidad de certificar la permanencia en Primera división después de una pésima racha de resultados que los ha llevado de aspirar a Europa a verse obligado a garantizar la salvación para no pasar por apuros.
Y es que Las Palmas solo ha sumado dos puntos de 33 posibles y ha perdido los últimos ocho partidos de forma consecutiva, lo que le ha situado en la decimocuarta plaza con ocho puntos de renta sobre el descenso a falta de nueve por disputarse. Una ventaja que debería ser más que suficiente, pero en las islas no se fían ante la depresión de su equipo.
Una situación a la que no ayuda en absoluto la polémica decisión que ha tomado el club amarillo y que beneficia a los verdiblancos, pues el ambiente en el estadio distará de ser una caldera. No en vano, lejos de incentivar que exista un gran ambiente en las gradas de cara a arropar al equipo en un partido de mucha importancia, la directiva ha fomentado una baja afluencia con su política de entradas.
En este sentido, ha subido el precio de las localidades con respecto a la mayoría de los partidos, manteniendo su política de encarecer las entradas ante rivales de consideración. Al margen de los Real Madrid, Barça y Atlético, ya lo hizo también contra el Athletic y con el Sevilla. De ese modo, los no abonados tendrán que pagar diez euros más de lo habitual para ver el partido en las gradas Naciente, Curva, Sur y Tribuna, mientras que en Tribuna Especial y la Grada VIP habrá que abonar 20 euros más que en los duelos convencionales.
Un incremento del precio que se suma al hecho de que el partido se disputa por la tarde en un día laborable y que la pésima dinámica del cuadro de García Pimienta no invita precisamente a rascarse el bolsillo, por lo que se espera una de las entradas más pobres del curso. Hasta ahora, la peor asistencia se registró hace dos semanas ante el Girona, con un total de 18.734 espectadores. La única vez que no se superó los 20.000 asistentes. El jueves puede ser la segunda.