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Cazorla, el regreso más especial

Cazorla, el regreso más especial
Cazorla, el regreso más especial - Roberto Morales (Madrid)
Roberto MoralesRoberto Morales5 min lectura

Es uno de los jugadores más queridos en el fútbol español. Uno de esos futbolistas de sonrisa eterna, como José Antonio Reyes, con quien tristemente ha compartido protagonismo en el retorno a la escena de la selección española. Santi Cazorla, el regreso más especial tras ocho operaciones.

Sentía hasta el cosquilleo de las primeras veces en su camino a la residencia de La Ciudad del Fútbol. Tres años y medio después Cazorla volvía a ser internacional. Le recibieron abrazos de alegría y complicidad de compañeros de antiguas batallas exitosas como Sergio Ramos o Sergio Busquets. Y alguno especialmente emotivo del doctor Juan Cota o el fisioterapeuta Juan Carlos Herranz.


Solo los que están dentro saben de la importancia para los jugadores de un doctor como Cota. A Santi uno inglés le dijo cuando se inició su calvario que se diese por contento con volver a andar con su hijo. Tras casi dos años de lucha en la sombra, vuelve donde sueña cualquier futbolista español y por mérito propio. Tras ser referente del Villarreal.


Y solo Santi sabe lo que han supuesto para su recuperación las manos 'milagrosas' de Juan Carlos, que se convirtió en el único que podía tocar la zona dañada y acudía a verle a su clínica privada en Salamanca en busca del milagro que se hizo realidad.


Numerosos pasos por el quirófano entre el tobillo derecho, la maldita infección, la reconstrucción del tendón de Aquiles con una plastia. Muchos dejaron de creer, pero Cazorla solo prometía que regresaría al fútbol de elite. Nada podría con él.


En ese escenario llega la llamada de Luis Enrique que entierra 19 meses de sufrimiento para un Cazorla que ya era feliz con volverse a vestir de corto y ayudar al Villarreal. Su vuelta a casa la tomaron muchos como el retiro con reconocimiento para un futbolista que merecía un buen final. Santi silenció a todos con su fútbol de seda. Ahora retrasando metros y siendo importante en la construcción. Con llegada como en su doblete del Santiago Bernabéu que premió tanto sufrimiento.


Como sus lesiones, hubo tiempo para los altibajos y dolieron a toda España sus lágrimas tras tomar la responsabilidad y fallar un penalti en el Benito Villamarín cuando el Villarreal comenzaba a ver negro su futuro en la categoría de oro. Hubo tiempo para la reacción con cuatro victorias en las últimas jornadas y el regreso de la alegría para Santi que no pudo tener mejor final de temporada. Su regreso a la selección, en la que su último partido fue un 13 de noviembre de 2015. Marcando a Inglaterra en el Rico Pérez.


En días en los que toda su etapa en la Roja se le ha venido a la cabeza, a Santi le es difícil elegir entre la primera llamada de Luis Aragonés, contra todo pronóstico, para llevarle a la Eurocopa 2008 sin haber debutado, y la actual, tres años y medio después, de Luis Enrique.


"Es difícil elegir una", confiesa. "Las dos fueron una grata sorpresa, la primera porque fui a una Eurocopa sin haber vivido ningún partido de clasificación y viví grandes momentos. Esta última por inesperada después de todo lo que he pasado y con la edad que tengo. Lo difícil era volver y lo hago con la misma ilusión que la primera vez", asegura con la sonrisa permanente en el rostro de quien se considera ejemplo para aquellos que nunca bajan los brazos y, a sus 34 años, para aquellos futbolistas que siguen soñando con jugar en la selección.

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