Alvaro Arenillas4 min lecturaMathieu Van der Poel es uno de los mejores ciclistas del momento y lo ha demostrado al convertirse en nuevo campeón del mundo de fondo en carretera. En una prueba disputada entre Edimburgo y Glasgowcon un recorrido de 271,1 kilómetros, superó una caída cuando ya iba escapado para fulminar a otras grandes estrellas del deporte de las dos ruedas como el belga Wout Van Aert y el esloveno Tadej Pogacar, plata y bronce, respectivamente.
Lo cierto es que el neerlandés es un especialista en colgarse oros. Siendo quíntuple campeón del mundo de ciclocrós y una vez de montaña, ya tiene también el arcoíris de fondo en carretera, el cual conquistó imponiendo su clase y su fuerza, con un ataque a 22 kilómetros de la meta que le permitió marcharse en solitario y fulminar a todos sus rivales directos. Y no quedó ahí su hazaña, ya que se cayó a 16 de meta, de dio un golpe en el costado, se levantó rápidamente y pese a las heridas entró en la meta de Glasgow con los brazos en alto.
Para proclamarse nuevo rey del arcoiris, Van der Poel invirtió 6 horas 7 minutos y 27 segundos encima de la bicicleta. El belga Wout Van Aert llegó a la meta a 1:37 minutos para colgarse la medalla de plata, mientras que el esloveno Tadej Pogacar, que lo hizo a 1:45, logró el bronce al superar en la línea al danés Mads Pedersen. Respecto al ciclismo español, no fue su día más brillante y el mejor fue Alex Aranburu, quien concluyó en el puesto 18º a 8:30 minutos del vencedor.
Fue a unos 140 kilómetros de meta cuando se acabó la tranquilidad. Dinamarca impuso el paso para seleccionar un grupo de 90 corredores que perseguían a la fuga limando tiempo paso a paso. Sin tregua en un circuito criticado por ser demasiado 'ratonero', con 450 curvas en total, el primero en atacar fue el francés Julian Alaphilippe, pero el francés no está al nivel de otros tiempos y apenas inquietó. A él le sucedieron Remco Evenepoel, Pogacar y el propio Van der Poel, pero fue Alberto Bettiol el que logró cierta distancia antes de ser cazado. Con tanto movimiento, cuando redujeron al italiano ya había había hasta 190 participantes eliminados de la lucha por la victoria.
A 22 kilómetros de la meta, a falta de vuelta y media, explotó Mathieu van der Poel. El hachazo fue de tal dimensión que Van Aert, Pedersen y Pogacar fueron limitados a perseguirle sin demasiada convicción. La caída de Van der Poel parecía darles aire, pero el maestro del ciclocrós se levantó enseguida para subirse a la bici y seguir el camino de gloria.
Al entrar en meta, Van der Poel ponía punto final a una sequía neerlandesa de 38 años en el Mundial. El mítico Joop Zoetemelk se impuso en 1985, y ahora el del equipo Alpecin volvió a ponerse en el pecho el arcoíris del campeón. Es el broche de oro a un año espectacular en el que ya conquistó la Milán-San Remo y la París-Roubaix.