No hubo sorpresas en el Sánchez Pizjuán, imperando la lógica en Nervión ante un
Molde que arribó a la capital hispalense casi en chanclas y que se esforzó en exceso durante los primeros compases de partido, donde, incluso, consiguió que los de
Unai Emery no se encontraran del todo cómodos sobre el césped pese a su superioridad y posesión del esférico.
Con el
Sevilla lanzado arriba y el
Molde defendiendo con diez hombres atrás, siendo el ariete Gulbrandsen quien se descolgaba en las proximidades del área de un David Soria que debutaba en Europa, a los de Nervión les costó un poco asimilar el juego de control y entrega rápida que exigía un partido en el que el
Sevilla presionaba y apenas dejaba salir a los noruegos.
Con el primer gol de un Fernando Llorente que hasta el momento había estado prácticamente desaparecido, se comenzó a poner cuesta arriba el partido para un Molde que acabó entregando la cuchara ante un
Sevilla que pudo acabar el encuentro haciendo mucha más sangre, siendo nuevamente el riojano en el inicio de la segunda mitad y, posteriormente, Kévin Gameiro, que había sustituido al ´24´, los que ampliarían el marcador, buscando
Emery con el francés romper a la contra ante un rival ya desfondado.
En definitiva, un partido sin demasiadas aristas en el que el
Sevilla continuó con su dinámica y en el que el aspecto más positivo fue el doblete de un
Fernando Llorente que se enchufa para el tramo final de la temporada, en el que debe ser uno de los pesos pesados del equipo.