Qué difícil es sumar puntos y qué sencillo es perderlos. El plan de Machín en la
olla a presión de Mestalla salió a la perfección... hasta ese único borrón en el minuto 92', en el que muy probablemente fue el
primer error grave de Vaclik en lo que va de temporada. Ese único fallo arruinó el buen trabajo defensivo (pletóricos Mercado y Kjaer) durante todo el choque y también un gran segundo acto en lo ofensivo de
un Sevilla que plasmó a la perfección el ideario del técnico.En la libreta del soriano hay varios puntos claves:
dominar las áreas, evitar las contras del rival, montarlas tú cuando puedas pillarle desordenado
y poner énfasis en las segundas jugadas. Sus pupilos habían ido cumpliendo, punto por punto, ese guion.
Primero, con un doble paradón de Vaclik a Garay y Santi Mina en el primer minuto que les libró de empezar ya con 1-0 en un partido con pocos espacios, con las defensas imponiéndose a los ataques, con intensidad, disputas, duelos individuales e interrupciones.
En esos partidos en los que pasan pocas cosas, es más importante que nunca dominar las áreas y
tras evitar el tanto del Valencia y llegar al descanso con empate, el
Sevilla encontró el 0-1 en su primera ocasión clara, en una acción de pillo de
Sarabia, que mató en una segunda jugada.
A partir de ahí, los nervionenses se hicieron con el balón, tocaron con paciencia y empezaron a montar transiciones rápidas.
Cada llegada visitante subía la tensión de la grada y, por extensión, la de los jugadores ches. Con 0-1,
Mestalla sacó pañuelos, dando ya por consumada la derrota después del segundo tiro al poste del Sevilla (
André Silva no sentenció), pero la rueda del destino sólo necesita unos segundos para girar: una falta muy evitable de
Muriel en el 92', la nefasta salida de
Vaclik y un cabezazo de
Diakhaby emborronaron un trabajo casi perfecto e hicieron saltar dos puntos del zurrón.