Refuerzos en sentido literal

Refuerzos en sentido literal
- Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 4 min lectura
Aunque obviamente se ficha con la intención de potenciar la plantilla, no todos los fichajes que se realizan se pueden considerar a la postre refuerzos reales, ya sea porque no parten como piezas importantes del proyecto o por no cumplir con las expectativas.

Ha pasado, de hecho, años atrás, que en el primer partido de Liga el equipo se asemejaba mucho al del curso anterior, pues eran pocas las incorporaciones que habían desplazado a los que continuaban. Sin embargo, este proyecto ha arrancado con la palabra refuerzos en su sentido más literal, pues hasta nueve de los once fichajes realizados para esta campaña se estrenaron en la primera cita oficial del nuevo curso. Siete fueron de la partida y dos más contribuyeron al triunfo ante el Espanyol al salir desde el banquillo.

De ese modo, la alineación de Lopetegui sólo contaba con cuatro jugadores del curso pasado, la mayoría atrás, casos de Vaclik, Navas y Carriço, y la irrupción por sorpresa de Nolito en una zona plena de incorporaciones. Y es que el centro del campo fue completamente nuevo, pues, ante la ausencia de Banega, el técnico vasco lo formó con Fernando, Jordán y Óliver Torres, para después dar entrada a Gudelj, mientras que en ataque apostó por Ocampos y De Jong además de con el sanluqueño. Atrás, debutaron de inicio Reguilón y Diego Carlos, llegando más adelante el turno de Koundé, que entró al campo por las molestias de su compañero brasileño.

Más allá de su presencia, algo ya significativo, la mayoría de los llegados este verano participaron activamente en el triunfo nervionense y dieron muy buena imagen en un éxito coral pero también con nombres propios. Especialmente brilló Reguilón, que convirtió la banda izquierda en un filón merced a sus subidas y que abrió el marcador con un tanto que reflejó lo metido que estaba en el encuentro; prácticamente fue un atacante más.

También resultó vital el trabajo realizado por Fernando y Jordán en la medular, ya que aportaron el equilibrio necesario para que el equipo no se rompiese en ningún momento cuando se estiraba en la presión, realizando coberturas y estando siempre en el sitio. Su inteligencia táctica, sacrificio y capacidad para robar ahogaron al Espanyol, incapaz de trenzar por dentro. Tampoco se quedó atrás Diego Carlos, implacable por arriba y firme en el corte, realizando un despliegue físico que no pasó desapercibido para nadie.

Apareció menos De Jong, pero cuando lo hizo fue para fabricar el 0-1, con un cabezazo parado milagrosamente por Diego López y su posterior lucha para que el balón le llegara finalmente a Reguilón. A esto se sumó su trabajo incansable para abrir espacios y asociarse de espaldas.

No tuvieron tanta repercusión Óliver y Ocampos, si bien el argentino, que había suscitado muchas expectativas en pretemporada, contribuyó en el primer gol al robar el balón y poner en ventaja a Navas.

Ya sólo restan dos fichajes por estrenarse, casos de Munas Dabbur, reclutado en enero por Caparrós y que se quedó sorprendentemente fuera de la lista, y el último en llegar, un Rony Lopes que ni siquiera se ha enfundado aún la elástica sevillista. El viernes puede llegar su oportunidad.
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