El regreso de Rakitic logra unanimidad en
satisfacción. El futbolista cumple su deseo de volver, el Sevilla cubre con garantías el vacío que ha dejado
Banega, que a su vez relevó en 2014 al croata, y
la afición dispara las expectativas al recuperar a uno de los mejores futbolistas y más queridos que han pasado por Nervión.
Y es que el balcánico, ese rubio con acento sevillano y un arraigo especial por Pino Montano,
dejó una huella muy profunda en Nervión en todos los sentidos, sobre todos por su
expecional aportación sobre el terreno de juego, que condujo de nuevo al Sevilla hacia la gloria. Su productividad en tres temporadas y media en el Sánchez-Pizjuán resultó superlativa, tal y como reflejan sus números, pues
en 149 partidos como sevillista, anotó 32 goles y sirvió 4 asistencias. Un liderazgo que se agudizó en su última temporada, aunque
en la 12/13 ya firmó grandes guarismos, con
11 tantos y 14 servicios de gol.
En la 13/14 alcanzó su mejor versión con la elástica nervionense, lo que le valió para firmar por el Barcelona, pues, más allá del ser el alma del equipo en el centro del campo,
anotó 15 dianas y dio 18 asistencias en 52 partidos.
En LaLiga registró 12 y 10, lo que le convirtió en el medio del campeonato que participó en más goles (22) de su equipo, y
el cuarto en las cinco grandes ligas, sólo por detrás de
Yaya Touré (29), Roberto Firmino (27) y Steven Gerrard (26). Rakitic dejó el listón muy alto en su anterior etapa en Nervión, pero
afronta la segunda con ganas de ser igualmente importante en el equipo y de contribuir considerablemente en la producción nervionense.