Jules Koundé volvió a completar un buen partido anoche en
El Sadar ante Osasuna. Tras unos primeros minutos en los que sufrió en defensa, poco a poco tanto el francés como sus compañeros se fueron haciendo con el control del encuentro para dominarlo hasta el pitido final.
Y fue tras el pitido final cuando a
Koundé le espera una sorpresa. Al francés le tocó pasar por el control antidopaje en
El Sadar y parece que no fue todo lo rápido que desearía cualquier futbolista tras un partido.
El propio Koundé se deshaogó a través de sus redes sociales.
"El control antidopaje es realmente mi peor enemigo. La 1:30 y encima me tengo que quedar a dormir aquí", escribía el francés una 'storie' en su perfil de Instagram con una foto en la sala del control antidopaje.
También en
Twitter bromeó el galo con su contratiempo. "Cuando me toca el control antidopaje y veo el equipo salir mí", tuiteaba con un gif de un niño llorando de tristeza. Al menos, el bueno de Koundé se lo tomó con filosofía.