Rami lamenta haberse ido del Sevilla, habla de sus problemas en el OM, con los paparazzi, de Pamela Anderson...

Rami lamenta haberse ido del Sevilla, habla de sus problemas en el OM, con los paparazzi, de Pamela Anderson...
- José López
José LópezJosé López6 min lectura
Adil Rami dejó huella en el Sevilla FC y éste en él. En el club hispalense vivió, posiblemente, los mejores momentos de su carrera. Sus dos años en Nervión le valieron para regresar a la selección francesa y hacerse un hueco en el equipo que se proclamó campeón del mundo en Rusia 2018.

Después de eso comenzó una línea descendente, marcada también por varios líos extradeportivos, que le llevaron a jugar en el Sochi ruso, en un modesto Boavista y en el Troyes, con el que ha regresado a la Ligue 1 a sus 36 años y en el que está volviendo a encontrarse.

El central francés, en una entrevista con L'Equipe, rememora cómo han sido estos tumultuosos últimos años, lamenta su salida del Sevilla, desvela que ha tenido ofertas de LaLiga y habla de los motivos que le han llevado a jugar en el Troyes, un equipo que pelea por evitar el descenso.

"Volví por mis hijos. Están en París y los veo tanto como puedo. Tienen cinco años, juegan al fútbol y son fans de Kylian Mbappé. Necesitaba que vieran a su padre en la Ligue 1", señala el exsevillista para justificar su regreso a Francia tras un año en Portugal, donde llegó a ser capitán.

"Tuve suerte, porque François Vitali (director deportivo del Troyes, con el que coincidió de su paso por el Lille) sabe de mi mentalidad. Cuando me fui del Marsella, personas influyentes hicieron todo lo posible para que no volviera a la Ligue 1. Era su mayor temor. Hicieron de todo para que dejara el fútbol. Aquí es donde me digo que puedo estar orgulloso de mí mismo. Me intentaron ahogar varias veces y sigo aquí, en pie", asegura el jugador galo, que si algo lamenta a lo largo de su carrera es haberse marchado del Sevilla en 2017 y tras sólo dos años en el club.

"Me hubiera quedado en Sevilla. No me arrepiento de haber jugado en el Marsella, es uno de mis mayores motivos de orgullo, pero tal vez no era el momento adecuado", explica el francés, que no tiene reparos en culpar a Jacques-Henri Eyraud, dueño y entonces presidente del OM, de su caída. "Salió mal porque había un presidente que no era profesional y un entrenador (Rudi García) con el que ya había jugado, y eso que todo acabó bien en el Lille (...) Al entrenador García no, pero Eyraud... Es el hombre que más odio en el mundo del fútbol, no quiero volver a encontrarme con él ni estrecharle la mano. Son personas que tienen vibraciones negativas y difaman el fútbol. Perdí el primer juicio, pero no veo el momento de que llegue el segundo. Estoy tranquilo", asegura en referencia a la denuncia que le puso el Olympique por romper su contrato y marcharse a jugar a Turquía.

"Hui. Cuando estaba arriba me decía, 'prepárate, va a haber un descenso a los infiernos, no se puede vivir así'. Y eso es lo que pasó. Cuando estaba abajo, me decía: 'No te preocupes, asume y acepta y verás que volverás a subir'", advierte. Los problemas no eran sólo deportivos sino también extradeportivos. Su noviazgo con la estrella televisiva Pamela Anderson acabó mal y le hizo estar más en las portadas de la prensa rosa que en las de la deportiva. "Los chismosos han engañado a la gente. Yo no pedí estar en eso, pero mi novia era un icono y mucha gente se dejó influenciar por toda esa mierda. Me llegué a asustar por todo eso de los paparazzi y tuve que huir de Francia", asegura.

Y se centra en las muchas tentaciones que hay alrededor del fútbol. "Una presa fácil, ¡sí! El futbolista, atléticamente, es guapo. Tiene dinero y es joven. Sin generalizar, pero todavía hay muchas chicas, digamos interesadas, en tu dinero o en tu fama. A veces solo quieren ganar seguidores en las redes sociales para darse a conocer (...) En vacaciones te encuentras con tantas mujeres fáciles, con chicos con bolsillos llenos de droga... Si hubiese sido un poco menos fuerte mentalmente, estaba muerto. Sin mis amigos habría sido bastante difícil", destaca.

Luego seguiría 'pagándolo' en la Liga turca. "En el Fenerbahçe pagué por algo, lo diré en unos años. Primero me prohibieron jugar, luego me querían retener. Pero ya no quería jugar para ellos. Me fui a Sochi, no estaba preparado mentalmente para volver a Francia. Estaba en mi punto más bajo", añade. Tras ello reviviría en el Boavista, tendría ofertas de LaLiga, aunque no desvela los equipos que le llamaron, y acabó volviendo a un Troyes con el que ya ha marcado dos goles en la presente campaña.
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