El análisis

Mucho envoltorio para tan poco derbi

Mucho envoltorio para tan poco derbi
Vargas sigue siendo el eslabón más débil de la zaga bética; Llorente, de los pocos lunares blanquirrojos. - Aitor Torvisco
Aitor TorviscoAitor Torvisco 4 min lectura
Vaya por delante que nadie en su sano juicio esperaba que, en sólo 24 horas, Juan Merino solucionase los problemas del Betis; pero no se notó efecto alguno de la llegada del técnico interino, ni tampoco se vio a los jugadores verdiblancos más motivados por la marcha de Pepe Mel. El partido de ayer tuvo distinto envoltorio pero el producto que llegó al hincha fue el mismo que en el 0-0 de Liga y, sobre todo, en el 0-2 de la ida: apabullante superioridad de un Sevilla al que le bastó con estar ordenado para mantener a raya a su eterno rival.

Los de Emery metieron los goles que quisieron. Ya perdonaron en el Villamarín. Ayer anotaron cuatro como podían haber sido muchos más. Y es que jugaron con una insultante comodidad, sin malgastar energías ante la falta de ideas y la previsibilidad de su oponente, que tiró sus dos primeros disparos a puerta en el global de los tres derbis de este curso y que repite, partido tras partido, unos desajustes defensivos que no se puede permitir un club de elite: Vargas falla en el primer tanto, Bruno se olvida de marcar a Rami en el segundo y el tercero se le escurre a Adán.

Dentro del desastroso panorama atrás, el peruano fue otra vez el eslabón más débil. Eibar y Getafe ya explotaron su banda, que ayer se convirtió en autopista para Mariano, de lo mejorcito de un Sevilla que también encontró profundidad con Escudero por el carril izquierdo.

La falta de fe del andino al ir a tapar un centro del brasileño no sólo no impidió sino que generó el 1-0, en el tempranero minuto cuatro. Este golpe tan rápido acabó por completo con un Betis que había salido con un 1-4-2-3-1 con mucha creatividad en segunda línea (Joaquín-Ceballos-Portillo), pero que no tuvo nunca continuidad en la presión ni fe en remontar.

Tocar, sólo tocó gracias a Fabián, que salió tras el descanso, y a diferencia de en la ida, no hubo marcaje al hombre a Banega.

Tampoco es que se emplease a fondo el argentino, que cedió la iniciativa a un hipermotivado Reyes en el clásico 1-4-2-3-1 de un Emery que sorprendió con Iborra-N’Zonzi en la medular.

Con el orden atrás y la enorme solvencia ofensiva ya referidos, lo único que se puede criticar en los nervionenses fue la desgana de un desaparecido Kono y la pasividad de un Llorente que ni con calzador entra en el sistema de juego del técnico vasco.

El Sevilla no suele utilizar el juego directo y el riojano no es un jugador capaz de generar peligro por sí solo. Se le va el partido y ni siquiera ha tirado. Gameiro le dejó fatal. Entró y marcó en el primer balón que tocó.

Necesitaron 219 minutos para probar a Sergio Rico
Los verdiblancos no tiraron entre los tres palos ni en el derbi de Liga ni en la ida del doble duelo copero. Vargas, con un disparo lejano y flojo que fue manso a las manos de Sergio Rico en el 39’, fue el autor del primer chut entre los tres palos del Betis ante el Sevilla en 219 minutos.
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