Tiene los tiempos marcados. Macià sabe a qué juega y cuándo ejecuta su plan. Sabía que la operación de Joaquín no se haría en dos días. Trabajó en silencio y logró un fichaje que parecía imposible y que va camino de ofrecer un magnífico rendimiento en el Betis, aunque su incorporación ya se justifica con el impulso emocional que ha supuesto para la grada. Con Dani Ceballos, tres cuartos de lo mismo...
Tiene los tiempos marcados. Macià sabe a qué juega y cuándo ejecuta su plan. Sabía que la operación de Joaquín no se haría en dos días. Trabajó en silencio y logró un fichaje que parecía imposible y que va camino de ofrecer un magnífico rendimiento en el Betis, aunque su incorporación ya se justifica con el impulso emocional que ha supuesto para la grada. Con Dani Ceballos, tres cuartos de lo mismo. Desde la capital de España llegaban informaciones que apuntaban a fichaje madridista. Algunos ya esperaban la foto de otra promesa del fútbol español con la camiseta del Madrid. Pero no. Macià y su equipo han dado una nueva alegría a los béticos. El director deportivo tiene argumentos, incluso, para hacerles ver que 15 millones de euros es una cifra muy razonable para un jugador que acaba de llegar a la élite. ¿Para qué una cláusula mayor? ¿Para que el futbolista se acomode? ¿Para matarle el deseo de llegar a un poderoso?
Pues tiene la razón que muchos, sinceramente, no veíamos. Macià también sabe que falta un extremo zurdo con el que dar más alternativas a Mel y desatascar las carencias ofensivas de un equipo demasiado previsible en el Villamarín. Vendrá. Y vendrán más. Y evolucionando habrá revolucionado al Betis. Qué falta hacía una mirada al futuro.
Joaquín Adorna
