El 'coworking', como salida a la crisis en el Betis

El 'coworking', como salida a la crisis en el Betis
Emerson llegó a LaLiga gracias a un pacto entre Real Betis y FC Barcelona. - Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 7 min lectura
Están seguros en la planta noble del Benito Villamarín de no pisar terreno pantanoso. Antes al contrario, atisban una solución para capear el horrible temporal que se avecina. Lo que antes era una oportunidad de negocia, se erige ahora en tabla de salvación para la clase media del fútbol, un ingente grupo de clubes en franco crecimiento que, no obstante, aún son incapaces de competir con las grandes fortunas que sustentan a entidades históricas o a los 'nuevos ricos', alimentados por petrodólares, ingresos descomunales de la televisión o fondos de inversión de sospechoso bagaje. El Betis está en ese segundo o tercer escalón europeo, con ganas de auparse pronto al siguiente, aunque no será pronto. Y menos, con la que ha caído encima por el dichoso coronavirus, que ha cercenado las vías tradicionales de financiación en el Viejo Continente: operadores, 'ticketing', marketing y campañas de abonados.

En tiempos de guerra, dicen, cualquier agujero es trinchera, si bien los verdiblancos encontraron acomodo hace poco más de un año en una que, bien pertrechada, puede servirles para avanzar sin ser derribados. Se trata de esa especie de 'coworking' con el Barcelona que diseñaron Haro, Catalán y Serra en las fechas próximas a la Navidad de 2018 y el arranque de 2019 para hacerse con Emerson, un futbolista tremendamente revalorizado que reportará pingües beneficios a ambas sociedades.

Los catalanes, incluso, meditan si reclutar al lateral derecho antes de la fecha prevista (el verano de 2021), tanto para darle la alternativa en el Camp Nou como para aceptar alguna de las ofertas que se presumen, con Tottenham, Inter o Milan pendientes del paulista. El Betis, mientras tanto, tiene bien atado el trato, pues se aseguró la copropiedad del ex del Atlético Mineiro (en un acuerdo privado, pues oficialmente está cedido por el Barça) al desembolsar seis millones de euros de los doce totales (adelantados por los azulgranas al club de Belo Horizonte) en tres plazos (uno cada verano), recuperando el año que viene su inversión, más una plusvalía de tres kilos, o bien haciéndose ahora con el extra de una penalización idéntica o con el 50% de lo que ingresen los culés por un hipotético traspaso.

Sea como fuere, el Betis ha podido disfrutar en primicia de un Emerson que, dada su proyección, quizás estuviese fuera de su alcanza, con el Barcelona, varios de la Serie A y media Premier detrás del brasileño. Difícil convencerle de vestir de verdiblanco, aunque ese condominio tan habitual en Suramérica sí se antoja una vía interesante para todos. Porque, si en la Ciudad Condal no tuviese sitio el carrilero (un supuesto harto improbable a tenor de lo que ha apuntado ya en LaLiga), en La Palmera se guardan la opción de hacerse con todos sus derechos (pagando sólo seis millones, sin plusvalías, y en cómodos plazos) y, en último caso, un porcentaje (al parecer, de 20%) de toda operación futuro que tenga a 'Royal' de protagonista.

Un negocio redondo no sólo para el Betis, sino también para sus socios. El Barcelona trabaja en paralelo cada ventana de transferencias no solamente para fichar a los mejores, a los que pueden proporcionarle rendimiento inmediato, sino también para que no se le escapen las 'perlas' del futuro. Con Real Madrid y otros grandes del fútbol europeo al acecho, los catalanes necesitan colaboradores para foguear a sus futuras estrellas. Heliópolis es un entorno ideal, por el estilo de juego que, desde el paso de Quique Setién, se ha instaurado como por el carácter de la entidad, en pleno crecimiento social y económico, con una gran masa de aficionados detrás y, por ende, con la suficiente presión/exigencia para que la formación de los 'Emerson' sea plenamente satisfactoria. Eso sí, el Betis dio un paso más y no se conformó con ser el criador de pollitos, como diría Lopera, sino que propuso aliviar la inversión de su socio, en este caso el Barça, compartiendo gastos, riesgos y, por supuesto, también posibles beneficios en el futuro. Una hoja de ruta que en los despachos del Benito Villamarín planean repetir en los próximos mercados.

De hecho, en Polonia apuntan que el siguiente podría ser Karbownik, otro lateral (diestro, pero acostumbrado a ejercer en la izquierda) emergente por el que suspiran en la Avenida de La Palmera, pero también en Nervión, San Sebastián, Valencia, Brujas y varias ciudades inglesas. Según un medio polaco, el Barça compraría al defensor del Legia para que, al menos el primer año, jugara en otro club español "de los que ha salido ya en la prensa". Con un coste aproximado de entre ocho y diez kilos, la vía de Emerson podría ser seguida por el de Radom.

Y, siempre que no se pisen las operaciones, Haro y Catalán entienden que este modelo podría ser perfectamente exportable, por lo que se están tendiendo lazos con otros clubes importantes del Viejo Continente para obrar una sinergia similar a la que ya se ha puesto en práctica con el Barcelona. El ejemplo de Emerson, revalorizado y listo para el salto, supone la mejor carta de presentación para un plan que permitiría tanto al Betis como a sus posibles compañeros de viaje compartir desembolsos en vistas de un escenario preocupante, especialmente para las instituciones al alza. A la espera de que las competiciones se reanuden -la Ligue 1 y la Eredivisie, por ejemplo, arrojaron ya la toalla y dieron por finalizada la temporada- para recalcular posiciones en materia económica, el 'coworking' se presenta como una posible solución para progresar dentro de la llamada economía de guerra.
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