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Joan Laporta: otra persona

Joan Laporta: otra persona
Joan Laporta: otra persona - Sergi Escudero (Barcelona)
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El precandidato Joan Laporta (Barcelona, 1962) ha mostrado públicamente un tono comedido y relajado desde que se presentó en el Hospital Sant Pau de Barcelona, lejos de la contundencia y el desparpajo que le ha caracterizado siempre.

"Cuando acabó la presentación le dije que era la primera vez desde que lo conocía que hacía caso a sus asesores de comunicación", explica un exdirectivo suyo.


Es la misma persona que le considera un loco (como a cualquier otro de los precandidatos) por querer presentarse en una situación del club como la actual y que le ha recomendado que en la nueva directiva tenga como mucho a un 40% de miembros que siempre le hayan acompañado.


Parece que Laporta le ha hecho caso en este segundo aspecto. Junto a los habituales Rafa Yuste, Maria Elena Fort, Xavi Puig (ya formaba parte de la candidatura del 2015), Josep Cubells, Alfons Castro y Josep-Ignaci Macià hay nueve caras nuevas.


Dos de ellas son las de Josep Maria Albert, ex director general de compras de Media Markt, y Jaume Giró, director general de la Fundació Bancària La Caixa en el periodo 2014-2019 y de quien se presume que será el hombre fuerte de Laporta en este proyecto.


Actualmente Laporta es administrador único de Lastruch Inversions y Via Llibertatis, apoderado solidario de Marcha Ballerina Barcelona y administrador solidario de Kalkiama, según el portal Empresia.


Gente de su entorno lo ve capaz de convencer a Messi para que siga en el Barça y considera que el expresidente tan solo podía encontrarse ante una clara opción de volver a ocupar el cargo si el club se encontraba en una mala situación deportiva como la actual.


Los votantes fieles de Laporta son alrededor de 15.000 (los que le votaron en 2015 a pesar de haberse presentado a última hora sin un proyecto consolidado) y falta saber a cuántos nuñistas, que aparentemente en estos comicios no tienen un precandidato definido, convencerá.


En 2003 Laporta ya ganó porque la campaña de Lluís Bassat no fructificó en parte de este sector de socios y algunos le dieron su apoyo a falta de un candidato más afín después de la dimisión de Joan Gaspart.


¿Qué queda de aquel Laporta que vivía la vida como una trinchera? Algunos que le conocen desde hace años explican que el precandidato necesitaba enemigos para tener gasolina para funcionar. O estabas con él o estabas contra él. No había matices.


En cambio, en la presentación de su sede electoral en la Fábrica Moritz de Barcelona aseguró que quería ser positivo y no entrar en conflictos ni en juegos sucios con sus rivales para conseguir la silla presidencial del Barça. Pero la enorme pancarta con su cara que colgó cerca del Santiago Bernábeu demostró que aún queda bastante del antiguo Laporta.


Ha vuelto a hablar con el expresidente Sandro Rosell, con quien se enemistó después de vivir una etapa muy intensa en la junta directiva del Barça. El primer reencuentro entre ambos fue cuando Laporta llamó a Rosell cuando este consiguió la libertad tras pasar prácticamente dos años en prisión preventiva.


Los dos han admitido que siguen conversando y Laporta ha asegurado que está decidido a olvidar el pasado porque siempre les unirán los buenos momentos que pasaron juntos.


Esta vez Laporta ha querido controlar muy bien el momento de anunciar que se presentaba a las elecciones del Barça. Aunque desde finales de verano diferentes personas del entorno directivo del precandidato explicaron 'off the record' a algunos periodistas que era un hecho que el expresidente volvería a intentar el asalto al trono azulgrana después de la derrota electoral del 2015.


Por otro lado, durante las últimas semanas han llamado la atención algunos tuits del entorno de JuntsxCat y de Carles Puigdemont respaldando la precandidatura de Laporta de forma directa o indirecta.


Sobre todo los de Pep Martí Colom, director de comunicación de Puigdemont; Joan Maria Piqué, director de comunicación del departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya, estrecho colaborador de Puigdemont y antiguo jefe de prensa de Artur Mas; y Josep Maria Matamala, una de las manos derechas de Puigdemont y senador por JuntsxCat para la demarcación de Girona.


Estas elecciones del Barça están destinadas a tener un matiz político, sobre todo teniendo en cuenta que el 14 de febrero también habrá elecciones al Parlament de Catalunya.


De hecho, el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona Joan Canadell dijo hace unas semanas en SER Catalunya que la Assamblea Nacional de Catalunya (ANC) estaba trabajando para que hubiese alguna precandidatura claramente independentista como sucedió con la que le llevó a él a ocupar ese cargo.


En esa entrevista Canadell desveló que la intención era que hubiese una precandidatura unitaria fuerte formada por diferentes precandidatos claramente independentistas como Víctor Font y Laporta para hacer frente a una posible precandidatura constitucionalista liderada por Joan Rosell. Pero finalmente esta confrontación no se ha dado a causa de la renuncia a presentarse del expresidente de la CEOE.


Es la primera vez que Laporta se presenta sin tener un genio detrás al que hacerle caso, consideran personas de su entorno. Se refieren sobre todo a Johan Cruyff, pero también a un Ferran Soriano que le guíe en temas financieros o a un Txiki Begiristain que le marque el camino a seguir en el ámbito deportivo.


Ahora Laporta solo es Laporta. Sin ángel de la guarda. Para bien y para mal.

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