Antonio José Medina4 min lectura"Me doy cuenta de que tuve una suerte increíble", señala el belga Nathan van Hooydonck. El joven ciclista de 27 años vivió una situación límite el pasado 12 de septiembre, en la que salvó la vida de forma milagrosa. Iba conduciendo su coche junto a su mujer cuando perdió el conocimiento y acabó estrellándose con el coche. Había sufrido un infarto y, como consecuencia de éste, sufrido dicho accidente. Pero se salvó de los dos y en menos de dos meses ha podido hacer vida normal, aunque con una diferencia: su carrera profesional h acabado.
Van Hooydonck había corrido en los dos últimos años con el equipo Jumbo-Visma y estaba considerado como uno de los mejores lanzadores del pelotón internacional. En los últimos meses había seguido pasando los habituales controles médicos que todo deportista profesional debe pasar, sin que se le detectase ningún problema cardiaco. Por eso le sorprendió ese infarto, que ha acabado con su carrera y que él achaca a la mayor exigencia que el ciclismo actual requiere.
"¿Puede que haya entrenado demasiado duro? Me pregunto eso muchas veces a mí mismo, pero no creo que sea el motivo. Siempre me he exigido mucho. Antes competíamos dos horas al límite, ahora son tres horas. En circunstancias a veces agotadoras. Cuarenta grados y seguimos pedaleando. Y eso no es sano. Es difícil decir si tiene algo que ver con eso. Es sorprendente que haya más casos ahora que la forma de competir ha cambiado", asegura Van Hooydonck en nos.nl, donde critica los entrenamientos actuales de su equipo Jumbo-Visma y del ciclismo en general, más basados en entrenamientos más cortos que antes, pero con mucha mayor exigencia, en los que llevan el cuerpo al límite.
"Ahora estoy bien, pero todavía tengo que lidiar con el hecho de que esto marca el final de mi carrera profesional. Me gustaría expresar mi gratitud a la gente que me ayudó, el equipo médico del hospital y a todos los seguidores", afirma el ciclista flamenco, que desvela cuál fue el problema que le llevó a sufrir el infarto. "Mi ventrículo derecho es demasiado grande. Esto provocó una arritmia cardíaca. En diciembre -durante los análisis de pretemporada- no se vio nada durante el control, pero se deterioró rápidamente. No pueden explicar cómo se pudo desarrollar en ocho meses", añade.
En este sentido, Van Hooydonck admite que, si no lo puede controlar, la mejor decisión era dejarlo. “Si algo me pasa en el pelotón en un momento comprometido y me caigo, pone en una situación peligrosa a los corredores de mi alrededor. Si tes caes jugando al fútbol, solo te implica a ti. En ciclismo, no puedes controlar este tipo de circunstancias”, señala el belga, que no sólo ha vuelto a subirse a la bici sino a hacer series de 40 kilómetros, aunque sin exigirse.
"Fue extraño que un cicloturista me adelantara durante el entrenamiento por primera vez en mi carrera, pero eso no arruinó la diversión. El ciclismo fue mi primer amor y siempre será mi pasión", señala el ya ex ciclista, quien se pone retos: "Ya hay planes en mi cabeza. Quizás algún día pueda hacer la Cape Epic en Sudáfrica".