Su efímero paso por Nervión fue cortado de raíz por una lesión en el tendón de Aquiles que le impidió seguir haciendo méritos para que el Sevilla lo adquiriese en propiedad. Fue el 21 de noviembre del pasado año, ante la Real Sociedad.
Hasta entonces, Marco Andreolli había ofrecido buenas sensaciones en sus nueve partidos con la camiseta blanquirroja, comenzando un calvario que ha durado 384 días. El mismo tuvo su fin el pasado jueves, cuando el central reapareció con el Inter de Milán, como capitán, y completó los 90 minutos en el intrascendente choque europeo ante el Sparta de Praga, si bien en octubre ya había jugado dos encuentros con su filial.
Ahora, a sus 30 años, el italiano sólo piensa en recuperar su mejor nivel: "He trabajado muy duro y estoy feliz por volver a jugar. Es un pequeño paso, aún debo llegar al 100%".