El
Sevilla lleva un mes y medio metido en un oscuro agujero del que no sabe cómo salir y alzar el vuelo. Con la esperanzadora victoria (1-2) de hace tres días en el fortín atlético del
Wanda, al menos comenzó a sacar los brazos y halló la manera de impulsarse. La
Copa puede servir de rampa de despegue, pero el
Sevilla de Montella sigue sin conocer el triunfo en
Liga y tiene hundido aún más de medio cuerpo. Por si fuera poco, fuera del agujero le espera un
Espanyol que, como admitió
Quique, está deseando empujarle de vuelta al abismo, a la angustiosa claustrofobia que provocan las cinco jornadas sin ganar que acumula, en las que sólo ha sumado un punto de los 15 posibles. Una mala racha con la que ha desperdiciado un sinfín de oportunidades para entrar en 'zona Champions', que le ha costado ya la quinta posición y que amenaza seriamente su condición de equipo europeo, ya que entre el sexto puesto y el decimotercero que ocupan los pericos sólo hay cinco puntos de diferencia.
La reacción es muy acuciante, pero no se puede negar que hay mejoría. Lenta, a cuentagotas, pero mejoría al fin y al cabo. Ante el
Atlético, exhibió solidez, defendiendo con dos líneas de cuatro muy juntas y solidarias, presionando arriba y saliendo al ataque con velocidad y verticalidad. El resultado y la imagen en el
Wanda fueron muy buenos y pusieron las semifinales a sólo un paso, pero lo mejor en
Madrid fue el paso adelante que dieron muchos jugadores; de ahí que
Montella anunciase ayer que no prevé hacer muchos cambios, aunque sin olvidar que el martes tiene la vuelta contra los colchoneros.
De sus palabras se deduce que la defensa será la misma, pues
Kjaer no ha llegado a tiempo y
Mercado convenció al técnico como central junto a
Lenglet, por lo que la derecha sería para Corchia. También es intuible que repita una medular con
Banega al lado de
Nzonzi -viendo de cara el juego y aportando fluidez en la salida- y el '
Mudo' Vázquez de enganche, con
Pizarro como la mejor alternativa. Así las cosas, los únicos cambios podrían estar en los tres de arriba, donde
Navas, Ben Yedder y Nolito suplirían a un
Sarabia que pide a gritos un sitio en el once, a
Muriel y al '
Tucu' Correa, otro de los que se reivindicó contra el
Atlético.
No obstante, el
Espanyol probó del mismo elixir copero. Ni más ni menos que en un derbi ante el
Barcelona en el que despejó sus dudas y al que infligió su primera derrota en 29 partidos (no perdía desde la
Supercopa, en agosto). Ante su eterno rival, los pericos demostraron que cuando cierran bien es muy difícil marcarles; un aviso de lo que le espera hoy a un
Sevilla que va a estar obligado a llevar siempre la iniciativa y que deberá ser efectivo y buscar vías para abrir un duelo que se prevé cerrado.