Julen entrega la batuta a Banega

Julen entrega la batuta a Banega
- Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 4 min lectura
Julen Lopetegui aterrizó en Nervión con la clara intención de contar en su proyecto con el ‘cerebro’ de Éver Banega. Sabe que un futbolista del talento y la visión del argentino cuadra a la perfección en cualquier sistema si se le encuentra el sitio adecuado y desde que comenzó la pretemporada le ha transmitido que jugará un papel protagonista en su proyecto siempre y cuando haya la predisposición necesaria por su parte.

En este sentido, más allá de las informaciones sobre su posible salida, Monchi ha reiterado en varias ocasiones el compromiso del centrocampista rosarino y su deseo de erigirse en pieza trascendental en el regreso del isleño al Sánchez-Pizjuán. Para ello, el director deportivo ha construido un centro del campo a su medida, en el que se le puede liberar de las tareas de contención que se le acumulaban el curso pasado y que terminaron desfondándole y restándole clarividencia en la suma.

Así, se ha dotado a la medular del músculo y la corpulencia que faltaba en el ejercicio anterior, con futbolistas de corte defensivo que respaldan a Banega sin balón y también con él, porque, además de fuerza e inteligencia posicional, las nuevas caras albergan criterio en la salida para asociarse con él y ayudarle en la conducción.

Jordán, Fernando y Gudelj blindan la zona ancha y dan libertad al de Rosario, más centrado ahora en generar que en destruir. Así, en el 4-3-3 básico de Lopetegui, el ‘10’ nervionense adelanta su posición con respecto al curso pasado, cuando ocupaba el doble pivote, y juega dando un paso al frente con dos futbolistas de escolta, posiblemente de inicio Jordán y Fernando, aunque Gudelj también tendrá la oportunidad de ganarse el puesto.

Además, a diferencia de la 18/19, en la que no existía una alternativa creativa al rosarino, en este proyecto Julen dispone de un futbolista al que conoce muy bien y que puede asumir las funciones de Banega, incluso en un momento dado compartirlas con él. Se trata de Óliver Torres, fichado para que haya alternativas en la parcela creativa y no se dependa únicamente de la inspiración del argentino, en muchas ocasiones brillante pero en otras, apagado e incluso desconectado. Dos futbolistas con chispa e ideas que doblan una posición fundamental y necesitada siempre de diversidad para que no se apague la llama.

En los partidos de preparación, los está alternando a los dos y ambos han respondido, con detalles de su escaparate de recursos -exquisito el de Navalmoral para salir de la presión-, aunque, sin duda, ha sido Banega el que más ha deslumbrado, sobre todo con su exhibición contra el Mainz en la Opel Cup. El rosarino se encontró muy cómodo con Joan Jordán y Gudelj y repartió con excelencia, filtrando pases en la zona clave y mostrando su mejor versión.

Justamente la que quiere perpetuar Julen Lopetegui, que trata de motivarle al máximo y de ofrecerle las condiciones óptimas sobre el césped para que rinda como en sus mejores años en Nervión a las órdenes de Emery. Para ello, lo mima y le insiste en lo que busca de él para este proyecto, en el que le ha entregado la batuta con el anhelo de que la agite como sabe y que encuentre en Óliver Torres tanto una alternativa como un compañero cuando haya que redoblar la dosis de imaginación.
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