La felicidad por asaltar el liderato y vengar la derrota de
Eslovaquia, recuperando sensaciones perdidas en el nivel de juego, no fue plena en el
Carlos Tartiere por la aparición nuevamente de
silbidos contra
Gerard Piqué, un problema de difícil solución que no entiende ningún integrante de la Roja.
Nadie esperaba que se repitiera lo vivido en
León en el que hasta el de
Oviedo era el último encuentro de la Roja en suelo español. En aquel momento Piqué fue señalado desde que aterrizó la expedición, a la llegada al hotel, en el entrenamiento de la víspera y en el partido. Nada de eso ocurrió en Oviedo hasta que no arrancó el decisivo duelo ante
Eslovaquia.
Sus
ideas políticas, su gusto por estar en las polémicas contra el
Real Madrid, el trasfondo de la
independencia de Cataluña o una moda pasajera. Nadie sabe la razón exacta por la que la afición española señala a
Piqué, que sigue sin dudar en acudir a las llamadas de
Vicente del Bosque y que sobre el campo fue uno de los mejores, firme en defensa y brillante en sus labores.
"Lo de
Gerard me parece
lamentable, es una tontería. Cuanto menos lo hablemos tendrá menos valor", razona
Del Bosque que no sabe como cortar esta situación. "Es muy desagradable silbar a un jugador de la selección española. Además si vienen a ver fútbol y
Piqué juega tan bien, es para disfrutar no para silbar. Al jugador no le afecta en su gran nivel", añade el
seleccionador que considera indiscutible al central catalán al que seguirá llamando sin mirar el calendario.
Señala que el próximo encuentro en
España será en
Logroño y luego, casualmente, llega Madrid, en un estadio, el
Santiago Bernabéu, donde nunca pitaron a
Piqué con la Roja, ni en el Vicente Calderón donde hay más citas recientes. Será el próximo 14 de noviembre, en el primer encuentro amistoso una vez finalizada la fase de clasificación para la
Eurocopa 2016. Una fecha que comienza a temerse en el seno de la selección.
"Esto hay que acabarlo inmediatamente", afirma
Andrés Iniesta, "porque es algo que nos perjudica a todos. Hay que tirar jugadores y afición en la misma dirección para que la
selección vuelva a conseguir éxitos", añade en un grito de cordura a los aficionados españoles.
Los futbolistas de la
Roja aceptan la libertad de expresión del seguidor pero ante todo piden respeto. Sienten que se le está faltando a
Piqué, una persona a la que no afectan este tipo de situaciones pero que está siendo arropado por el grupo.
"La afición es libre de opinar lo que quiera pero
Piqué siempre ha dado la cara por la selección", recuerda
Jordi Alba. "Es el primero que siempre está ahí, nos dice que es un privilegio venir y sin duda está comprometido con la selección. Es una pena lo que estamos viviendo".
Nadie sabe la fórmula de encontrar una solución y frenar una situación insólita en la
Roja, más aún con uno de los miembros de la 'generación de oro' que cambió la historia del fútbol de
España. "Entre todos tenemos que buscar el mejor remedio", insta
Iker Casillas. "Por desgracia hay un protagonista que es
Piqué, los actores que estamos al lado que somos sus compañeros y el espectador. A ver si entre todos podemos reconducirlo".
A
Del Bosque no le gusta hablar públicamente de la situación generada en torno a la figura de
Piqué. Entiende que ignorando el problema se solucionará, pero ha quedado demostrado que no es así. El viaje a
Macedonia calmará de nuevo esta fractura y será en octubre, en
Logroño, cuando la afición está citada para mostrar una reacción.