Estadio Deportivo4 min lecturaMadrid, 4 jul (EFE).- Dinamarca está entre las cuatro mejores selecciones de Europa. Su plantilla, desprovista de grandes individualidades, basa su fortaleza en la unión del grupo. Un equipo obrero en un entorno familiar en el que sus jugadores, algunos apagados en sus clubes, encuentran el contexto ideal para brillar.
El equipo dirigido por Kasper Hjulmand se ha convertido en la gran revelación de la Eurocopa. Tras superar la fase de grupos como segundo clasificado y derrotar a Gales y a República Checa, la selección danesa se ha hecho un hueco entre las cuatro mejores del continente.
Muchos de los grandes talentos del fútbol europeo están eliminados. Futbolistas de renombre como Mbappe, Lukaku o Cristiano Ronaldo verán desde casa las semifinales.
Y es que el grupo danés, reforzado emocionalmente por el susto de su compañero Christian Eriksen en la primera jornada, ha conseguido crear un ambiente perfecto para que jugadores con un rol secundario en sus clubes como Kasper Dolberg (Niza) o Martin Braitwaithe (Barcelona) exhiban su máximo potencial.
El caso más llamativo es precisamente el de su máximo goleador, Kasper Dolberg (3 tantos). El ariete, formado en las categorías inferiores del Ajax de Amsterdam, fue uno de esos 'niños prodigio' llamados a romper la puerta del fútbol europeo.
Sus números ilusionaban. Con 18 años, en su primera temporada con el primer equipo del Ajax, anotó 16 goles en 29 partidos. Sin embargo, su rendimiento, en gran parte debido a la multitud de lesiones que le acompañaron a lo largo de su carrera, se redujo.
Tras la campaña 17/18, en la que no logró superar la cifra de 9 goles en 30 partidos disputados, el Niza decidió hacerse con los servicios del danés por 20,5 millones de euros, según datos de Transfermarkt.
En Francia, el delantero volvió a toparse con las lesiones y, en dos temporadas irregulares, en las que firmó 11 y 6 tantos, respectivamente, no ha conseguido ganarse la confianza de su técnico, el rumano Adrián Ursea.
El '9' del Niza tuvo que esperar hasta el tercer partido para debutar en esta Eurocopa. Entró en el once para sustituir a Yususuf Poulsen, que se retiró por lesión, y se convirtió en la auténtica pesadilla de Gales en octavos final.
Dolberg hizo dos de los cuatro goles que llevaron a Dinamarca a los cuartos y frente a la República Checa del temible Patrick Schick demostró sus valía y volvió a anotar un tanto crucial para la supervivencia de su equipo en el torneo.
Distinto es el caso de Joakim Maehle, que con Hjulmand, jugando en una posición distinta a la que suele ocupar en el Atalanta del italiano Gian Piero Gasperini, ha logrado descubrir un nuevo talento: el gol.
Maehle, acostumbrado a jugar en el lateral derecho del equipo de Bérgamo, suma ya 2 goles y una asistencia en esta Eurocopa. El rol que juega en Dinamarca, en la que parte desde el carril izquierdo y cuenta con mayor libertad ofensiva, potencia sus cualidades en ataque.
Frente a los checos fue un puñal. Sus acometidas por el flanco izquierdo enloquecieron a Coufal y su asistencia, ejecutada con una elegancia sublime con el exterior de un pie, supuso el gol que invitó a todo un país a seguir soñando.
El miércoles Dinamarca se medirá contra todo un gigante, Inglaterra. Será un choque de estilos. El héroe romántico frente a la fuerza del colectivo. Alea jacta est.
Alejandro Macías