Estadio Deportivo5 min lecturaGranada, 3 dic (EFE).- La histórica clasificación conseguida por el Granada para los dieciseisavos de final de la Liga Europa, lograda en su primera participación continental y pese a que aún falta una jornada para que acabe la fase de grupos, ha llegado aunque el equipo sufre actualmente un bache físico y de resultados gracias al valioso botín de victorias alcanzando con anterioridad.
Al Granada de Diego Martínez, el auténtico alma, líder y constructor de este equipo, no se le puede pedir más, ya que en poco más de dos años ha pasado de estar en Segunda División a mostrarse en Europa, firmando por el camino un ascenso, la clasificación para su primera participación continental tras ser séptimo en su regreso a LaLiga Santander y unas semifinales de la Copa del Rey.
El cuadro andaluz ya está entre los 32 mejores equipos de la Liga Europa, pese a caer el jueves ante el PSV Eindhoven (0-1) en un choque que mereció empatar por juego y ocasiones; y ahora buscará la próxima semana ante el PAOK griego la primera posición del grupo, que logrará si gana en Salónica o si, haga lo que haga, el PSV no supera al Omonia Nicosia chipriota.
El Granada escribe una brillante nueva página en su historia pese a que atraviesa el primer bache de resultados de la temporada, con sólo dos triunfos en los ocho últimos encuentros que ha jugado entre LaLiga Santander y la Liga Europa, ambos obtenidos frente al Omonia.
Detrás de este bajón de los andaluces en nivel físico y rendimiento hay varios factores, el principal la enorme carga de partidos que ya acumulan pese a que acaba de comenzar diciembre, con 18 partidos ya disputados, más que ningún otro conjunto en España, al tener que alternar competición nacional y continental y haber jugado, además, tres rondas previas de la Liga Europa.
A esto se unen varias lesiones de futbolistas importantes y el episodio vivido en el viaje a Chipre para jugar ante el Omonia, donde Antonio Puertas notó los síntomas del Covid-19, enfermedad que le ha afectado "bastante", como reconoció este jueves el propio atacante.
Esto llevó a LaLiga a obligar a la mayor parte de la plantilla rojiblanca a confinarse durante diez días y a tener que medirse y perder (2-0) ante la Real Sociedad, choque que el Granada intentó aplazar sin éxito, con futbolistas no aptos jugar, juveniles e integrantes del filial.
El empate previo ante el Levante (1-1), en un partido en que el Granada estuvo 75 minutos en inferioridad numérica, y las posteriores derrotas frente al Valladolid (1-3) y el Celta (3-1), en las que se evidenció que el confinamiento obligatorio y el parón en los entrenamientos afectó al rendimiento del plantel, han llevado al cuadro rojiblanco al decaimiento en el campeonato doméstico.
El gran inicio de curso del Granada es lo que le permite haberse clasificado ya para la siguiente fase en Europa, con diez puntos en cinco partidos y aún como líder de su grupo, y minimizar en la clasificación de LaLiga Santander el impacto de sus malos últimos resultados, ya que se mantiene octavo con 14 puntos.
Pese a ser inferior frente al PSV durante una hora, el Granada reaccionó en la media hora final y se reencontró con unas buenas sensaciones que tenía olvidadas.
Esto hace pensar, junto al pase a dieciseisavos ya conseguido y la recuperación de varios jugadores que han abandonado en los últimos días la enfermería, en una pronta mejoría en cuanto a resultados y en la vuelta de las señas de identidad claras del equipo, como la seguridad defensiva y la competitividad en los encuentros.
El Huesca, colista de LaLiga Santander que llega el domingo al Nuevo Los Cármenes, evaluará el grado de reacción de un Granada que, pese a no estar en un buen momento, sigue firmando nuevas páginas de oro en su ya casi nonagenaria historia.