Samir Nasri ha sobrepasado con creces el límite de despejar dudas sobre su compromiso en esta nueva etapa de su carrera y ya se ha adentrado en un terreno donde se ha producido el reencuentro con su
versión superlativa, la que deslumbró, sobre todo, en el
Marsella y en el
Arsenal. Pero no sólo por las sensaciones que transmite sobre el verde, donde ha asumido galones y se erige en el timón del
Sevilla de
Sampaoli, sino también por los
números registrados por el ´cerebro´ en su arranque como sevillista, a la altura de las campañas más destacadas de su trayectoria.
No en vano, ya suma un total de tres goles, dos de ellos en Liga (ante
Athletic y
Leganés) y uno en Champions (en
Zagreb), lo que supone su segunda mejor marca de su carrera a estas alturas de la temporada, sólo por detrás de los cinco tantos que acumulaba como ´Gunners´ en la 10/11, su tope realizador. En el resto no había pasado de las dos dianas de la 08/09, también en el Arsenal, y de la 13/14, en el Manchester City. A esto hay que añadirle que Nasri tan sólo ha disputado seis partidos ligueros, pues se incorporó al Sevilla en el epílogo del mercado y se perdió la visita a Ipurua y Turín por lesión, lo que propicia un promedio notable. De hecho, en Liga
marca cada 250 minutos y en la Champions cada 180´, con tantos que en Butarque y en Zagreb resultaron muy importantes.
En este sentido, cabe decir que todas las dianas del marsellés han sido lejos del
Sánchez Pizjuán, donde sí han presenciado su única asistencia hasta ahora, servida en el derbi ante el Betis con un saque de falta rematado por el argentino
Gabriel Mercado. En esta faceta aún no ha sobresalido, si bien prácticamente nunca lo había hecho en este punto del curso. Más allá de las seis realizadas en la 11/12 como ´citizens´ y las 3 en la 10/11 en el Emirates, siempre se ha movido en el margen de una y dos, siendo lo primero lo más habitual desde que llegó a la elite, con un total de cinco coincidencias.
A estos registros hay que añadirles obviamente su
determinante aportación en la elaboraciones de juego, donde desempeña un rol fundamental, buscando el balón en la medular para subirlo y hallar espacios con su verticalidad por medio de asociaciones con los compañeros. Así las cosas, Nasri, que contra el Zagreb completó la barbaridad de 145, presenta un alto porcentaje de
acierto en el pase, con un No en vano, dentro de los que juegan habitualmente, se erige en el futbolista de la plantilla con mayor precisión en la circulación.