Pablo Aguilera se convirtió en el héroe del San Pablo con su doblete frente a
Los Barrios (suma 5), que brindó los tres puntos al Écija, confirmando un idilio con el gol que le llevó a ser de los más deseados en verano. "Fue importante porque en casa nos estaba costando", dijo el punta, que cuenta con una carrera atípica.
"Empecé tarde, pero he recuperado el tiempo", señala entre bromas el ariete. Natural de
El Trobal, una pedanía de Los Palacios, se vio obligado a comenzar su trayectoria futbolística en cadetes. "Soy un enamorado del fútbol, pero mis padres trabajaban y no podían llevarme a otros equipos, ya que en mi pueblo no había equipos federados", recuerda el trobaleño, que en cadetes se enroló en el Mosqueo, pasando después por
La Liara, un brevísimo paso por el
Betis,
Cabecense y
Sevilla, un punto de inflexión.
"No es fácil que un jugador de tercer año juvenil (18) lo fiche el Sevilla, pero
Pablo Blanco me firmó. Entrené muy poco con el Liga Nacional, pero fiché por el
División de Honor", rememora Pablo Aguilera, cuyo entrenador
Agustín López adelantó su posición: "Yo era extremo izquierdo, pero al míster le gustaba de delantero y me puso ahí. Recuerdo que debuté en un amistoso contra el San Juan marcando".
Esa misma temporada acabó jugando en el
Sevilla Atlético (debut con gol) y al año siguiente en el C. San Fernando y Conil el pasado año, donde marcó 6 y 7 goles, respectivamente, antes de llegar al Écija: "Es un gran club, con un gran campo y afición".
Su último equipo, la Andaluza. "Ganó mi equipo 1-0 con gol mío", señala satisfecho.