Fernando Mateos4 min lecturaEl anuncio de Jagoba Arrasate de abandonar Osasuna a final de temporada, después de seis exitosas campañas, ha pillado a contrapié al club navarro, que confiaba en convencer al técnico vizcaíno para permanecer más tiempo en su banquillo. Sin marcha atrás, sin embargo, la dirección deportiva que comanda Braulio Vázquez ya anda manos a la obra para firmar a su sustituto.
En un primer momento se informó de un acuerdo con Rubi, en paro desde que abandonó el pasado verano la UD Almería, pero desde El Sadar se han apresurado a desmentir que tengan ya decidido nada al respecto, pues entienden que las prisas no son buenas consejeras ante la importancia de acertar con el elegido.
Así, han sonado también otros como Iñigo Pérez, Javier Aguirre, ‘Cuco’ Ziganda o Pacheta. Pero no hay nada cerrado, al igual que sucede con la posible continuidad de los dos futbolistas de la plantilla que acaban contrato el próximo 30 de junio, amén del colombiano Johan Mojica, cedido por el Villarreal.
Por un lado, la posible renovación de Rubén García dependía en gran medida de la decisión de Arrasate, que no ha dejado de contar con él pese a perder protagonismo en sus planes, como demuestra el hecho de que haya participado en 23 de las 30 jornadas de LaLiga EA Sports, jugando 28 encuentros entre todas las competiciones y firmando dos goles y una asistencia.
La idea de Osasuna era presentarle una oferta acorde a su nuevo rol en el equipo, más bien de revulsivo, pero según el diario As, su continuidad ahora depende en gran medida de la decisión que teme el relevo de Arrasate. A sus 30 años, el valenciano cumple su sexta temporada en el conjunto rojillo y en el pasado tuvo ofertas de su ex equipo, el Levante, y el Chicago Fire de Estados Unidos.
Por su parte, el caso de Pablo Ibáñez es diferente. La vinculación del canterano finaliza también a final de temporada, pero en su contrato existe una cláusula en virtud de la cual renovará por una temporada más si juega un número determinando de encuentros.
Dicha ampliación se hará realidad en el momento que el centrocampista juegue 45 minutos en un mismo partido en las ocho jornadas que restan, aunque lo cierto es que el contador lleva parado en ese punto desde hace dos meses, participando en los siete últimos choques ligueros pero sin sumar el tiempo necesario para renovar hasta 2025.
Sea como fuere, Osasuna cuenta con Pablo Ibáñez independientemente de quien sea el nuevo entrenador. De hecho, ya se le presentó una oferta para ampliar su contrato hasta 2026, pero no ha habido avances en las negociaciones en los últimos meses y esto ha provocado que surja el interés del Alavés.