Corría el minuto 66 cuando Javi Ontiveros, que lo había intentado en varias ocasiones, recortaba a su par y sorprendía a Pacheco con un derechazo cruzado y elevado al palo contrario que se colaba en la red para encauzar el que luego se confirmaría como el primer triunfo de la temporada para el recién ascendio Huesca, un tanto que salvó la cabeza (deportiva) de su entrenador, Míchel, y rellenó de confianza el zurrón de la ilusión en El Alcoraz.
El extremo malagueño, cedido en busca de minutos por parte del Villarreal, se quitó entonces una espinillera, visiblemente emocionado, y se acercó a una de las cámaras que había en la banda para dedicar su gol a alguien muy especial. Apenas pudo contener las lágrimas durante varios minutos, con lo que la pregunta era obligada después en zona mixta: ¿para quién iba esa diana?
Ontiveros rompió a llorar ante los medios de comunicación, recibiendo un abrazo en forma de aplauso por sus compañeros. "La dedicatoria es para mi abuela, que está en el hospital con el coronavirus. Espero que salga bien y cuanto antes, porque la necesito y la amo mucho", zanjó el protagonista no sin esfuerzo y con voz entrecortada. Un bonito mensaje en estos tiempos tan duros.
Óscar Murillo2 min lectura