Una historia forjada a base de victorias y éxitos

El sacrificio, la constancia y elesfuerzo en el entrenamiento conforman la fórmula del camino directo hacia el éxito. De ello saben bastante, y bien, en el Club Natación Sincro Sevilla, el cual puede presumir de ser el más laureado de cuantos hay en Andalucía y ocupar una plaza entre los tres punteros del ámbito nacional. En torno a 100 niñas de diferentes edades aglutina el club hispalense.


Sus instalaciones se sitúan en el Centro Deportivo Hytasa, donde se vieron obligados a mudarse tras un accidente, en el que la carpa del Centro Deportivo Tiro de Línea se cayó hace ya dos años, a la espera aún de arreglo. Toda aquella que quiera adentrarse en este deporte puede hacerlo uniéndose al Sincro Sevilla, cuyos orígenes, en 1998, se deben a querer otorgarle un carácter más plural a la sincronizada y separarlo del ámbito privado.


Por lo general, confirma Esperanza González, responsable del club, la mayoría que forma parte de las categorías inferiores termina dando el salto al equipo absoluto. En la escuela permanecen desde los seis a los diez años. “No hay requisitos para entrar. Tenemos un buen equipo técnico y siempre salen buenas nadadoras. Vienen de toda la ciudad y de los pueblos cercanos. La sincronizada es un deporte minoritario aquí, pero con mucho nivel”, asegura la propia Esperanza.


María del Mar Martínez es la entrenadora principal, encargada de toda la infraestructura deportiva del club y quien se coordina con el resto de entrenadoras, “un equipo muy completo de técnicos” que suponen la base de los éxitos. A partir del año 2000, el club sevillano comenzó a ser una referencia, merced a las clasificaciones y los triunfos. Medallas en casi todas las competiciones de cada categoría año a año, que han forjado un nombre en mayúsculas que sirve de atractivo para que las niñas se acerquen a este deporte. Las que lo hacen, confían en el aval de la victoria, el cual sirve a sus padres, que “saben que el club intenta darles nivel, les apoya y le servirá como trampolín”, asevera Esperanza, pese a tratarse de un deporte “duro y disciplinado, que requiere de muchos entrenamientos”.


Ese es el peaje pagado por ‘primeras espadas’ como Sara Gijón, Paola Torres o Raquel Navarro, quienes en su día llegaron al Sincro Sevilla para formar parte de la natación sincronizada y ahora su nombre es conocido a nivel nacional e internacional. Y, sobre todo, lo conseguido aquí, ya que almacenan campeonatos de España y de Andalucía, segundos y terceros puestos, medallas de oro, de plata y de bronce, todas ellas repartidas por las diferentes categorías.


El ejemplo práctico de esta teoría del éxito que arropa a las nadadoras del Sincro Sevilla es la propia Paola Torres. A sus ocho años llegó a la escuela y a los nueve empezó a formar parte del club. A sus dieciocho es miembro del equipo absoluto y desde infantil compite con la española. Su carrera apunta hacia cotas altas, pero ella predica que nunca se olvidará de dónde proviene.


“El Sincro Sevilla ha sido vital en mi progresión. Siempre digo que por lejos que lleguestenemos que recordar de dónde venimos”, asegura Paola. Pilar básico en su evolución, el club es tanto para ella como para sus compañeras “una gran familia”, trata de definir Paola, quien muestra cuales son los convencimientos que les han inculcado desde pequeña: “ilusión y ganas”. Estas dos palabras están arraigadas al nombre de la entidad, debido a una razón de superación. “Fuera no nos valoran como deberían, por ello lo damos todo para mejorar”, revela Paola Torres, una de las muchas nadadoras ‘criadas’ en Sevilla repletas de medallas.