OPINIÓN: Por la mañana sale el sol

Castañazo

Castañazo
- Eduardo Gil
Eduardo GilEduardo Gil1 min lectura
Fin de la lección. Los béticos han conseguido lo imposible. El capital ha cedido por sí mismo antes incluso de que la justicia hablara. Esa baza negociadora que ha perdido Lopera, en su proceso penal, tal y como sus abogados le aconsejaban: ¡absténgase! Allá él. Sigue viviendo de espaldas a la realidad y jugando con su vida como si del cierre del mercado se tratara. Ayer creía tenernos locos a todos y, ahora, ha quedado en ridículo él, Castaño y una extraña cohorte de palmeros que no han ojeado en su vida un auto judicial. Nunca han entendido la grandeza de los béticos. Quizá porque no lo sean. Seguramente no haya en el mundo un club capaz de protagonizar una rebelión social como la que culminó anoche. Las cosas son como son hasta que cambia el paradigma, y anoche lo hizo quizá para siempre. Los béticos han enterrado a ‘don Manué’, y ahora les toca ponerse de acuerdo, que no es fácil. De momento, ya son dueños de su destino, que no es poco.
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