Opinión

La mejor opción de Víctor Orta para el banquillo del Sevilla

El director deportivo maneja varios nombres y, quizás finalmente se decida por otra opción, pero Marcelino responde al perfil buscado y reúne los requisitos para disponer de una segunda oportunidad

Álvaro PalomoÁlvaro Palomo
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Las segundas oportunidades arrastran una mala fama que, en muchas ocasiones, no se corresponde a la realidad, porque, entre otras cosas, dependerá, en cierto modo, de cómo resultó la primera y qué situaciones se dieron. Las circunstancias y lo que no funcionó en una ocasión puede hacerlo después por la sencilla razón de que en ese momento existan los factores que se precisan para el éxito. Una teoría perfectamente aplicable al Sevilla, Marcelino García Toral y la posibilidad de que regrese a Nervión tanto en cuanto se trata de uno de los nombres que baraja Víctor Orta.

Sí, la primera vez terminó en fiasco y Monchi lo destituyó para traer a Míchel, por muy mal que suene ahora, pero para valorar su paso por el Ramón Sánchez-Pizjuán cabe recordar que se realizó una planificación alejada de las habitualmente elaboradas por Monchi, hasta el punto de que no logró sumar al proyecto al único futbolista que pidió el de Careñes, Giovani dos Santos. Tampoco exigió a una estrella.

El propio León reconoció más adelante que no había surtido de mimbres suficientes al asturiano para afrontar su trabajo con garantías. Un asunto que hemos tratado en el programa La Prórroga de ESTADIO Deportivo, en el que se ha coincidido en que la situación de antaño no se asimila en nada a la actual.

Ahora, a mi juicio, independientemente de lo que ocurra en los próximos días, Marcelino, como se apunta en el programa, se erige en "la mejor opción de Víctor Orta para en banquillo" nervionense, al menos dentro de los nombres barajados y disponibles, pues también encajaría Andoni Iraola, pero, en este instante, hay que ceñirse a un presente en el que el extécnico del Rayo continúa en el Bournemouth.

Un presente en el que Marcelino se encuentra libre tras el final de su convulsa etapa en el Marsella y la plantilla del Sevilla, sin tampoco alardes, ofrece suficientes herramientas para su propuesta futbolística, las que Monchi no pudo proporcionarle en el pasado.

Ahora dispondría, por ejemplo, de la velocidad de Lukebakio para romper a la contra o la potencia e intensidad de Ocampos, combinadas con la pausa para controlar y conectar de Suso, Sow o el propio Rakitic. Quizás carece de la contundencia en la medular que necesita para construir un bloque compacto, pero igual sí la hay y solo ha faltado que Mendilibar le brinde más oportunidades a Soumaré, fichado precisamente para estas lides.

Armas que Marcelino podría amoldar con su experiencia en el fúttbol español y también por su conocimiento de la casa. Cierto que el proyecto no llevaría su sello, pero también que contaría con los recursos que añoró en su anterior etapa, por lo que esta vez no habría excusa posible. Además, hallaría un vestuario con ganas de cambio por las salidas de tono de Mendilibar y deseoso de una nueva propuesta ofensiva en la que los centros al área solo sean una alternativa cuando haya ventaja, no el único plan en el guion. Yo, desde luego, apostaría por Marcelino. Otra cosa es que Orta mire hacia otro lado.

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