A diez días de la asamblea bética

Más allá de que unos piensen que no fueron a la guerra para que otros se colgaran las medallas de la paz y tomaran el control del gobierno bético, lo cierto es que existe una brecha interna en ese beticismo que pretende, no ganar, sino aplastar y liquidar definitivamente al loperismo el próximo 17-D. La generosidad que se preconizaba se ha ido desgastando aunque se mantiene, mal que bien, mientras exista un enemigo común. No se trata de que Lopera cobre, sino de que pague y menos aún Oliver. Faltaría más. ¿Acuerdo o patraña? En el impass de los últimos meses puede que no se haya perdido del todo el impulso negociador. Castaño ha perdido centenares de acciones de Minguella y Balbino. El ex consejero de Lopera De Bernardo (a dios rogando pero con el mazo dando) ha sido el último en caerse del burro y vender sus acciones. A Galera nada menos. Aunque pidió bastante más a otros, a Hugo le debía ésta. Así que ahora Béticos por el Villamarín y Por Nuestro Betis, por fin representados en el consejo, están a la altura accionarial de los vicepresidentes Haro y López Catalán. Advenedizos para unos y aire fresco para la mayoría, son cualquier cosa menos el rancio sabor del pasado que el bético quiere dejar atrás. Han tenido el atrevimiento de tuitear como candidatura oficialista, señal de que también saben jugar al límite y de que se ven ganadores. De 2016 en adelante no habrá excusas, ni muertos, ni impugnaciones que deban temer. Acaso el martillo pilón de los mismos béticos que les fiscalizaran cada movimiento y la sombra de Lopera, manejado de nuevo por sus abogados. Y el balón, no se olviden de la pelotita, que es la que hace girar todo y que además no debe dejar de entrar€