Hierve la sangre roja

Jesús León, el consejero del que todos andan pendiente, señalado como testaferro en rebeldía con su diez por ciento accionarial, fue el primero en dimitir bajo coacción. Hace ya tiempo que estalló el grupo de Utrera, primero con la venta de Martín Baena y después con el posicionamiento de Gómez Miñán, que no dudó hace unos días en ratificar la demanda en el juzgado. Ha esperado todo un año para reclamar que se impidió votar por separado a Sevillista de Nervión en la última junta. El contraataque del presidente fue llamar la atención de la Fiscalía de Málaga sobre una presunta compraventa irregular de acciones de padre a hijo. Justamente, el notario que la acreditó, José María Manzano, llamado a ser la mano derecha de Castro en el comité ejecutivo del consejo, no ha tardado e irse. Es tildado de traidor. Y el vicepresidente en sus trece: te apoyo tanto que te denuncio y públicamente me reafirmo aunque, a la hora de la verdad, ya veré lo que hago. Consta en acta que hay peñistas bajo amenaza, si no están con uno o con otro. ´Delnidistas´ exiliados como el presidente del Cádiz, aseguran que no es su intención regresar. ´Voz del Sevillismo´ agrupa acciones y denuncia que no se les permite acceso al libro de accionistas... Si hay batalla tras el puente este 9-D, habrá empate técnico que solo puede deshacer la ética del venerable Roberto Alés, pero sobre todo los sevillistas de a pie, que están llamados a resolver esta encrucijada. Sevillistas minoritarios, de base, peñistas, con o sin voz, que deben posicionarse. Por si los hechos aquí relatados no hacen que les hierva la sangre roja, todo esto y mucho más está pasando.