Banega es un gran jugador y tiene altas pretensiones. Esperemos que siga aquí muchos años". Pepe Castro ha puesto en alerta al sevillismo con un temor que cada día se acrecenta más. Nos recuerda bastante a lo que ocurrió con Rakitic antes de ir al Barça, que mareó la perdiz, no aceptó la renovación que le ofrecía el club y éste tuvo que venderlo -muy bien- al Barcelona al quedarle un solo año de contrato.
El caso del argentino es peor si cabe, porque ni el mismo Castro ratificó ayer que el año opcional que supuestamente tiene en su contrato vaya a tener que cumplirlo. Vamos, que si no fuera así, en nueve días podría empezar a mirar a otros clubes con toda la tranquilidad del mundo. Y el Sevilla perdería al futbolista con más calidad y el que le marca el ritmo sobre el césped. El temor de los aficionados, pues, está más que justificado.
Todo dependerá, por tanto, de lo que quiera el propio jugador. El futbolista ha encontrado aquí lo que no le dio ni Valencia ni Atlético, tiene a un técnico, Unai Emery, que le conoce y que saca el mejor partido a su juego y no tiene la presión mediática que tuvo en la capital del Turia. Pero la continuidad del técnico vasco no está asegurada y él podría aspirar a la millonada que pagan otros clubes. Demasiado tentador.
Antonio José Medina2 min lectura