Mel confesó

Mel confesó
- Eduardo Gil (31/12/2015)
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
La entrevista de la espléndida Isabel Morales a Pepe Mel, amén de reveladora, resulta una confesión en toda regla. Más que de un pensamiento se trata de un estado de ánimo y, en ese punto, Mel siempre es transparente como el niño grande que es. Vaya por delante la inoportunidad de un asunto que no viene a cuento en vísperas de tan gigantesca tarea como la de lidiar con el eterno rival a doble turno copero. También eso lo ha reconocido él mismo como un error. A saber dónde estará el Betis en mayo, como para pensar en el futuro del técnico. A unos les sonará a victimismo loperiano, a otros a egotismo. No es el mensaje correcto en este momento y Pepe lo sabe. Sin duda, Mel sigue siendo Mel. Pero la diferencia es que el contexto ha cambiado con respecto a hace algo más de un año, cuando se atribuía el liderazgo verdiblanco en un club aún en fase de montaje. Ahora Pepe forma parte de un engranaje y sus palabras chirrían como aquél ya lejano boutade "no soy una ONG". Quemazón, desgaste... son emociones sinceras que, por otra parte, tampoco merecen maltrato por haberlas hecho escapar sin meditación previa. El melismo, que tanta penetración tuvo en grada y medios, ha perdido carga fundamentalista. Las verdades absolutas son cosa del pasado. Lo que buscan hoy los béticos son sensaciones futbolísticas y es Mel el encargado de encontrarlas. Haya perdido adhesiones o no. Es cierto que la confianza del club es limitada, pero no lo es menos que recuperar anímicamente al entrenador es crucial para afrontar retos más inmediatos del Betis. La cuesta de enero viene cargada de derbis, oportunidad para que Mel pueda meterse otra vez a los béticos en el bolsillo.
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