Nada más verlo aparecer por la terminal,
Monchi le ofreció un sincero abrazo que gran parte de la afición le negaría, porque a la grada le suele mover más el corazón que la cabeza y el festejo del gol que la manera de fabricarlo. Un buen director deportivo está obligado a ser más frío y calculador, centrándose en procurar el éxito del equipo y el económico del club, por encima de amores, amistades o fobias. Monchi miraba a
Fazio y sólo veía en él una opción de mercado que, además de satisfacer los fervientes deseos de su entrenador y de mitigar la dura baja de
Krychowiak, iba a suponer un gasto mínimo en un mercado tan complicado como es el de enero.
El argentino asegura, además de una salida limpia de balón, fuerza y un tremendo poderío aéreo en defensa y en ataque (el balón parado en
Nervión no es el mismo desde que se marchó él), rendimiento inmediato, siendo ésta una condición 'sine qua non' cuando ya la temporada no ofrece ni un solo respiro.
El isleño conoce mejor que nadie cómo se fraguó la marcha del ex de
Ferro y llegó a entender que aceptase la atractiva propuesta del
Tottenham. Fuera del fútbol también suele ser lo normal agarrar ofertas cuando mejoran lo que percibes, aunque sucede poco, por desgracia.
La '
faziada' es un término dañino que acuñó alguien sin pensar que con
Duscher y
Romaric los errores de los centrales eran muchos, que con
Medel y
Kondogbia bajaron considerablemente y que dejaron de producirse cuando el argentino ya estaba rodeado de un buen equipo. 'Faziada', más bien, podría haberse calificado el no fichar en enero a quien realmente pensabas que más podría hacer mejorar a tu equipo. Por suerte, a Monchi le mueve la cabeza.