Alto voltaje

Se juega hoy en Villamarín un encuentro de alto voltaje. Salten o no salten chispas, será un choque intenso de cabo a rabo, un partido con pedigrí. Dos equipos de mucha solera, Real Betis y Real Sporting de Gijón, se juegan los cuartos con el mismo y único objetivo entre ceja y ceja, la permanencia.

Hoy el estadio debe ser un hervidero, y no sólo por haber colgado el 'no hay billetes', sino también por el calor de cincuenta y tantas mil gargantas que animarán a su equipo. Que el 'Pitu' Abelardo declare que los partidos no los gana la afición entra dentro de la lógica, pero también es un discurso muy manido y claramente sacado del manual extraoficial de entrenador. Yo apostaría a que él mismo estaría encantado de tener la mitad de público cada domingo en las gradas de El Molinón. Lo que ocurre es que cada vez que la afición verdiblanca se viste de gala, el equipo se pone el pijama y sestea para disgusto de los allí presentes. Un petardo, vamos. Es una desagradable manía que el Betis suele tener en este tipo de partidos.

Ojalá hoy no sea ese día y el club esté por fin, en este tramo importante y decisivo de la Liga, a la altura de su hinchada, según algunos medios, la mejor de toda España y la séptima en Europa. Los jugadores se entregan a Merino. Merino se entrega al trabajo. El trabajo es una evidencia. La evidencia es que los jugadores corren y corren, eso lo vimos en Riazor, por ejemplo. A pesar de la falta de calidad, sólo a cuentagotas en manos de dos o tres, la entrega de estos futbolistas puede darnos de sobra para estar otro año en Primera.

Aparquemos todo lo extradeportivo de momento, ya llegará el día de rendir cuentas. Ahora vamos todos a una a alentar al equipo. Este es un año de sembrar, de reorientar alguna parcela de cara al próximo año, de perfilar cositas para mejorar el futuro, de plantar bandera en la categoría, y todo lo tóxico que envenena al Betis a un cajón bajo llave, donde no pueda tener ni voz€. ni voto.